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El presidente anuncia que el 30 de junio se abordará la reforma de pensiones y ya tendremos reforma laboral y financiera

Zapatero y Felipe olvidan viejas 'rencillas' y alertan de un ataque contra el estado de bienestar

Zapatero y Felipe olvidan viejas 'rencillas' y alertan de un ataque contra el estado de bienestar

Zapatero le dijo: "Por cierto, Felipe, de depre, nada. No estamos nada deprimidos los socialistas; estamos con todas las fuerzas"

jueves 10 de junio de 2010, 19:12h
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ex presidente Felipe González han insuflado ánimos en el Grupo Parlamentario Socialista, han advertido de un ataque sin precedentes del neothatcherismo y del neoreaganismo contra el estado de bienestar –González llegó a calificar de “broma” el durísimo ajuste llevado a cabo por la alemana Angela Merkel- y han pedido responsabilidad política al PP para afrontar el ajuste que necesita la economía española para salir de la crisis cuanto antes. Zapatero ha anunciado que hará una reforma laboral “sustancial”, que el sistema financiero quedará reformado antes del 30 de junio y que inmediatamente va a abordar la reforma de las pensiones dentro del contexto del Pacto de Toledo.

Rodríguez Zapatero y su anterior mentor y ex presidente del Gobierno, Felipe González, han mantenido un peculiar mano a mano en unas jornadas convocadas por el Grupo Socialista para conmemorar el centenario de la recogida del acta por el primer diputado del PSOE, Pablo Iglesias, el 10 de junio de 1910. Con dos estilos distintos –uno, “desde fuera” de la responsabilidad de Gobierno, pero con añadida gracia andaluza; el otro, desde la responsabilidad de gobernar, pero con sobrio estilo castellano- han lanzado un mensaje común de petición de cierre de filas con el partido y con el Gobierno para llevar adelante las reformas estructurales que necesita España en estos momentos de grave crisis económica: “Tenemos ahora que vivir la tercera modernización de la economía española”, advirtió Zapatero a los varios centenares de parlamentarios y ex parlamentarios socialistas reunidos para esta jornada.

Aunque con palabras y estilos diferentes –González, desde la pedagogía un tanto jocosa; Zapatero, desde el pragmatismo- han lanzado mensajes coincidentes, alertando de que aquellos que organizaron la peor crisis del mundo en muchos años son los mismos que quieren acabar con el estado de bienestar en Europa. “Esto es lo que está en cuestión”, avisó Zapatero a los suyos, que desde el neoreaganismo y desde el neothatcherismo “miran con recelo nuestro estado de bienestar [el de la zona euro], para decir a continuación: ‘No van a poder mantenerlo’”. En esa tesis, González, unos minutos antes advirtió contra los que, como “los hermanos esos” –la quiebra de Lehman Brothers-, que “implosionaron el sistema financiero global” cuando mejor les vino al caso, crearon una crisis financiera sin precedentes que afectó sobre todo a Europa y que ahora tienen puesta su mirada contra el estado de bienestar.

Ése, quizá, haya sido el mensaje de mayo calado de Zapatero y de González en una jornada de cierre de filas del grupo socialista dos días después de la huelga de los funcionarios y a 20 días de una posible huelga general: que para mantener el estado de bienestar que los ultra_neo_liberales quieren finiquitar son necesarios esfuerzos inmensos a nivel nacional y a niveles de zona euro y europeo global. De ahí que González se quejara con sorna “de la broma ésta que acaba de hacernos la señora Merkel”, de ajuste tan duro en Alemania, el auténtico motor de Europa, que lo que va a conseguir es que Europa no sólo no crezca, sino que baja a menos del cero y ponga en cuestión los logros sociales conseguidos por la socialdemocracia. En ese mensaje de resistencia al neoliberalismo, una resistencia que exige cambios profundos y reformas valientes, González ha pedido “militancia pura y dura”, con la jornada de la mañana pidieran igualmente el presidente del Congreso, José Bono; uno de sus antecesores en el cargo, Gregorio Peces-Barba, y el portavoz socialista, José Antonio Alonso.

“Se está incubando la siguiente crisis financiera”

Las ‘recetas’ de González –cuyo discurso, en mucha clave de humor- supuso un apoyo inmejorable para las nuevas reformas de Zapatero- pasan por unos puntos muy básicos a nivel global: mantener en la UE –especialmente en la zona euro- políticas anticíclicas, que es lo contrario de lo que estaría haciendo, por ejemplo, Alemania y finalizar ya a nivel global la reforma del sistema financiero para que “los hermanos esos” –nuevos Lehman Brothers- no puedan desatar otras crisis como la actual. “Ya se está incubando la siguiente crisis financiera”, advirtió González, por lo que resulta más imperiosa que nunca una reforma del sistema.

En ese punto, González no ahorro crítica a los bancos, de los que dijo que “para rescatarlos hemos gastado mucho dinero público” y, sin embargo, son ellos ahora los que dicen que no se regule el sistema financiero. De ahí que González crea que el presidente norteamericano, Barack Obama, no podrá regularlo en Estados Unidos porque muchos congresistas, cautivos de los tiburones de Wall Street, se lo van a impedir.

La última gran ‘receta’ de González pasa por una reforma laboral que tenga en cuenta la productividad: “La productividad, a igualdad de salario, el que la define es el que menos trabaja”, dijo González, por lo que se hace necesario definirla de otra manera, por hora de trabajo: “El nivel de productividad no lo tiene que marcar el que menos trabaja, sino el que más trabaja, y para eso hay que darle un incentivo”.

“Por cierto, Felipe, de depre, nada”

Ante la anterior situación denunciada, González llegó a decir con sorna que “nos da la depre”, la única discrepancia que antiguo maestro y pupilo mantuvieron en el encuentro: “Por cierto, Felipe, de depre, nada. No estamos nada deprimidos los socialistas; estamos con todas las fuerzas”, le respondió Zapatero en su intervención final. Una intervención con una pequeña dosis de carga envenenada contra su antecesor al ‘revelar’ un ‘secreto’: que el día después de anunciar su ‘tijeretazo’ funcionarial y congelación de pensiones que tan duras críticas le ha valido, González le envió un SMS al móvil: “Tienes todo mi apoyo. Gobernar es eso: tomar las decisiones más duras”. Acabó Zapatero con un “gracias, Felipe”. Gracias, sí, porque ha hecho a Felipe González corresponsable a ojos de la sociedad del ‘tijeretazo’.

En una larga intervención, Zapatero abundó en la idea de que el neoliberalismo quiere acabar con el estado de bienestar en Europa. Pero contra ese ataque habría que luchar saliendo de la crisis con dos lecciones: primera, que las perspectivas de la construcción de una Europa más perfecta no debilite nuestras expectativas. O, lo que es lo mismo, impedir que las poblaciones de algunos países de la zona euro –Francia y Alemania, aunque no los citó- crean que es una carga para su economía una moneda común –el euro- por las debilidades de los ‘países del sur’. Segunda, que tenemos que defender las ideas del estado de bienestar, y el realizar los ajustes económicos y laborales necesarios es una condición sine qua non para que el mismo salga fortalecido. En ese contexto es en el que dijo que “tenemos ahora que vivir la tercera modernización de la economía”.


González saca nuevamente al ‘dóberman’ del PP


Y en ese punto reiteró los tres anuncios que ya hiciera por la mañana en Roma: el Gobierno va a hacer una “reforma laboral sustancial” con o sin acuerdo social; la reestructuración bancaria quedará terminada antes del 30 de junio, e inmediatamente después “tenemos que pensar en nuestro sistema de pensiones a largo plazo”, aunque lo enmarcó en el contexto del Pacto de Toledo.

Al igual que González, Zapatero también cargó contra la oposición “irresponsable” del PP. González había dicho anteriormente que “están peor [que España] otros países, pero no se autoflagelan”, mientras que en España, el PP “si te ve la yugular al descubierto, se tira a morder sin compasión”, para añadir que “la peor desgracia que le podía pasar a España es dejar al país en unas manos tan irresponsables como la oposición que tenemos”. Zapatero diría después: “Somos el partido de las políticas sociales. Oír en los últimos días a algunas dirigentes del PP produce sonrojo”.


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