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la izquierda boba

la izquierda boba

jueves 17 de junio de 2010, 05:53h
Las leyes estructurales que se encuentran en proceso de aprobación en la Asamblea Legislativa Plurinacional: Ley del Órgano Electoral, Ley del Régimen Electoral, Ley del Órgano Judicial, Ley Marco de Autonomías, Ley del Tribunal Constitucional, son un conjunto de normas cuyos contenidos y características terminarán por eliminar las libertades ciudadanas y la democracia boliviana.

La responsabilidad de la destrucción de las instituciones democráticas es de la izquierda boba, la misma izquierda que gobernó el país entre 1982 y 1985.

Tras la fachada de la UDP, Unidad Democrática y Popular, a principios de la década de los 80, se organizó una coalición de partidos de izquierda, que ganó un par de elecciones y accedió al Gobierno el 10 de octubre de 1982. La ineficiencia en la administración de la economía, equivocadas decisiones políticas, sumado a factores estructurales, provocaron una crisis de tal magnitud que lo más destacado y positivo de la época fue cortar en un año el mandato constitucional de la UDP y adelantar las elecciones para 1985.

Veinte años más tarde, en un sugerente paralelismo, una nueva crisis política desatada por la izquierda boba que había fracasado dos décadas atrás, gestó una serie de movilizaciones populares que culminaron en el acortamiento del mandato constitucional del Congreso (2002–2007) y el adelantamiento de elecciones, las mismas que se realizaron en diciembre de 2005. La coincidencia es que en ambos casos se salvaron las instituciones democráticas, mediante acuerdos políticos que dejaron en limpio y en claro el fracaso de la coalición en el poder y el perverso papel jugado por la izquierda boba, tanto en el Gobierno como en el llano.

La izquierda boba, la del pasado y la actual, está conformada por individuos animados por buenas intenciones o valores, como la justicia, la equidad, la solidaridad, la redistribución justa de la riqueza y un acendrado sentimiento antinorteamericano. Pero también de una equivocada comprensión y peor aplicación del manual marxista, así como de la idealización del diseño estatal de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Esto es, el Estado totalitario. El Estado fuerte, que privilegia la razón de Estado y el bien de la totalidad por encima de los derechos del individuo. El Estado que pretende planificar y decidir en los aspectos más íntimos del individuo. El Estado que no repara en los valores religiosos sino en el valor superior del partido, la ideología y la propiedad de los medios de producción en manos de la burocracia estatal.

La izquierda boba es ciega, sorda e insensible a los principios de la libertad de opinión, la disidencia, la crítica de las autoridades, la existencia de medios de comunicación y fuentes plurales e independientes de información. La izquierda boba es aristocrática y arrogante, que cree tener el derecho a gobernar porque en el país de los ciegos el tuerto es rey.

La izquierda boba gobierna el país con la misma ceguera y torpeza que gobernó Bolivia durante la época de la UDP. Un tiempo político de crisis y fracasos que hizo exclamar a Víctor Paz la dramática frase de “Bolivia se nos muere”.

Parafraseando a aquel gobernante y observando indefensos el proceso de aprobación de las leyes estructurales en la Asamblea Legislativa Plurinacional, podríamos decir: “La democracia se nos muere”, gracias a la izquierda boba.

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Politólogo y catedrático
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