El canciller también se refirió a la Comisión parlamentaria que, precisamente, ha citado para este miércoles al ex embajador en Venezuela, Eduardo Sadous, para que confirme sus denuncias judiciales sobre el cobro de sobornos a inversores argentinos y otras irregularidades registradas en fideicomisos nacionales durante su destino en Caracas. "No es un problema –la declaración de Sadous- , es un caso muy concreto. Fue autorizado a concurrir por Taiana –anterior Canciller- y yo no tengo ningún problema en que lo haga. Los problemas los tienen otros diputados que quieren hacer de esto un chiquero político", aseguró el ministro.
Interrogado sobre declaraciones anteriores suyas que fueron interpretadas como un intento de amordazar a Sadous, al decir, "por ley los embajadores no pueden revelar información confidencial y en caso de hacerlo, estaría cometiendo un delito", Timerman matizó, "no existe ninguna ley que prohíba denunciar delitos" pero "Sadous, como funcionario está limitado, como yo y el resto de los funcionarios, a ciertas leyes". Para hacerlo más gráfico estableció un paralelismo con la figura del off the record (secreto de la fuente de información) de la prensa, «incluso –dijo- ha habido periodistas que han ido presos por violarlo».
Primer ministro de Asuntos Exteriores judío en la historia de Argentina, Timerman reiteró que insistirá en la política del Gobierno para exigir «categóricamente» que Irán entregué a los acusados de su país de ser responsables del ataque a la mutua israelí Amia, cometido en julio de 1994 que dejó 86 víctimas mortales.
El nombramiento de Timerman al frente de la Cartera de Exteriores se produjo la semana pasada tras la renuncia de su antecesor, Jorge Taiana. A éste le atribuyen una última conversación con Cristina Fernández de Kirchner, en la que habrían saltado chispas al reprocharle la presidente falta de lealtad. Fuentes de Cancillería reconocen que Taiana estaba cansado de que su Ministerio no pudiera intervenir en los asuntos que afectaban a Venezuela al estar en manos directamente del Ministro de Planificación, Julio De Vido y del matrimonio Kirchner. Al parecer las diferencias, después de varios años al frente de Exteriores, ya eran insalvables.
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