Los discursos de nuestros ‘grandes líderes’, decepcionantes
Ni uno ni otro. Ni el balance que hizo el presidente del Gobierno de estos seis meses de Presidencia Europea -duros, bien es verdad-, encandiló a la Cámara, ni tampoco el discurso de
Rajoy despertó pasiones. "Voy a pedir ahora mismo las actas para enmarcarlas", ironizaba un veterano diputado al finalizar los dos principales espadas.
Sobre
Zapatero, qué decir. El presidente, como era previsible, salió a la tribuna ‘encantado de conocer’ y vendió de cara a la galería su particular visión de estos seis meses de ‘su’ presidencia europea como si hubiera sido la mejor del mundo…o casi.
Muchos socialistas no quisieron ‘hacer sangre’. Bastante tiene encima el presidente, dejaban entrever.
Pero algunos diputados del PP si que reconocían en privado que el líder de la oposición “no estuvo a la altura”, se dejó “mimetizar” por Zapatero y desgranó un discurso falto de contenido y “poco ambicioso”. Una oportunidad perdida, vamos, para demostrar que está en condiciones de ocupar el palacio de la Moncloa.
Media bancada del PP 'pasó' de Zapatero… y de Rajoy
Poco interés despertó este miércoles el debate celebrado en el Congreso en el que el presidente del Gobierno,
José Luis Rodríguez Zapatero, hizo balance de los seis meses de Presidencia Europea española. Prácticamente la mitad de los diputados del PP decidieron no madrugar para escuchar los discursos iniciales, tanto de Zapatero, como el de su propio líder, Mariano Rajoy. El hecho de que el día anterior acabara la sesión plenaria, en la que se aprobó el 'decretazo' sobre la reforma laboral, cerca de las diez de la noche, hizo que a muchos diputados se les ‘pegaran’ las sábanas.
En cambio, los socialistas no quisieron hacer el feo al jefe del Ejecutivo – “debe de notar nuestro aliento”, decía un diputado con indudable sarcasmo- y acudieron al debate para arroparle, así como todo el Gabinete en pleno. En los bancos azules no faltaba ni un solo ministro, aunque la titular de Ciencia y Tecnología,
Cristina Garmendia, abandonó la Cámara en cuanto acabó el duelo entre los dos principales líderes.
Pero el debate europeo tampoco levantó pasiones entre los medios de comunicación que lo cubrieron sin muestras de gran entusiasmo.
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