www.diariocritico.com

La salida es la moción de censura

martes 06 de julio de 2010, 12:05h
El ambiente, en los círculos políticos, financieros y empresariales de Madrid, no es ya ni siquiera de fin de recorrido de un Gobierno manifiesta, reconocida y generalizadamente asumido como agotado, sino de plena desesperanza, toda vez que es evidente que Rodríguez Zapatero se ha encadenado al sillón de La Moncloa, firmemente decidido a agotar la Legislatura, y no está dispuesto a ceder paso ni siquiera a alguna de las por cierto valiosas alternativas barajadas desde su propio partido, como Javier Solana, José Blanco o Joaquín Almunia, por referirnos sólo a las tres que más circulan por los cenáculos madrileños.

La situación no mejora y el ejemplo más inquietante nos lo proporciona el propio sistema financiero, cuya reestructuración ordenada, por la vía de integraciones auxiliadas por el FROB, dio por concluida el Banco de España el pasado 30 de junio. La integración ha funcionado pero lo realmente grave es que los mercados financieros no por ello han pasado a confiar en los bancos y cajas españolas, lo que vuelve a subir a escena el tenebroso escenario de persistencia del riesgo, no a corto plazo, pero que en modo se puede por ahora descartar, de una eventual “default” del Reino de España, ya que el Reino de España necesitaría probablemente un rescate si finalmente hubiera que rescatar el sistema financiero.

Es de sentido común que los mercados no quieran financiar sin saber lo que hay detrás de los balances, y esto explica que el FROB haya funcionado tan limitadamente, ya que ha reordenado el mapa de las instituciones financieras, pero sin conseguir aumentar la confianza de los mercados, que temen, comprensiblemente, que sólo se hayan unido entidades con activos de dudoso valor en otros mayores pero asimismo con activos de dudoso valor y aún más dudosa liquidez. El problema de reparar los balances bancarios subsiste y algunos analistas han llegado a plantear una forma ingeniosa, pero en mi personal opinión inaceptable, de acudir al fondo de rescate de la Unión Europea. Se trataría no de ir al rescate del Tesoro público, sino de que el fondo de rescate, mediante la creación de un Fondo Europeo de Recapitalización Bancaria, inyectara financiación al FROB. Creo que esto quedaría inequívocamente fuera del objetivo fundacional de ese Fondo Europeo, concebido para operaciones de rescate estatales, es decir, para prestar dinero a los Tesoros públicos de los países miembros en riesgo, como ha sido el caso de Grecia y bien pudiera ser, a corto plazo, el del Reino de España. No es verdad, sencillamente no es verdad, que el problema último no sea, como algunos pretenden, la solvencia de los Estados, sino la del sistema financiero, lo que llevaría a la lógica de utilizar el Fondo de Rescate para rescatar a las entidades financieras. Es una manera inteligente de ocultar las responsabilidades políticas del desastre financiero, pero sólo contribuiría a empeorar aún más la situación cara al futuro.

Es verdad que Mariano Rajoy, en la citada reunión del American Business Council, trasladó la impresión de que, por fin, el actual presidente del PP, partido que, semana tras semana, sigue conquistando décimas de ventaja respecto al PSOE en las encuestas, es consciente de su obligación política de negociar y concitar una mayoría alternativa al Gobierno y sobre todo, de que esa mayoría alternativa debe construirse en torno a un programa económico serio para salir de la crisis y no sobre esas polémicas cuestiones ideológicas en las que tan aficionados son a extraviarse no pocos dirigentes del PP. Pero lo cierto es que la situación económica y social seguirá deteriorándose las próximas semanas y los próximos meses, aunque los sindicatos debieran ser conscientes de que los legítimos mecanismos de huelga deben ser muy bien explicados a la opinión pública y de ninguna manera plantearlos como pulsos de a ver quién puede más políticamente en la calle.

Conocíamos la semana pasada que el muy preparado, moderado e inteligente político catalán Duran i Lleida, aún manteniendo que CiU no dará sus votos en otoño a los Presupuestos Generales para 2011, teme que Rodríguez Zapatero consiga las asistencias necesarias para sacarlos adelante y librarse de convocar esas elecciones generales anticipadas que sin la menor duda perdería. Por una parte, los partidos de izquierdas, BNG, IU y ERC, no parecen inclinados a favorecer un adelanto electoral que, a tenor de todas las encuestas, llevaría probablemente al PP al poder, e incluso es posible que Rodríguez Zapatero pudiera negociar “de baratillo” algunas otras asistencias.  Parece claro que Mariano Rajoy no debiera esperar a que “caiga la fruta madura”, porque probablemente no va a caer por sí sola, sin ser debidamente vareada. 

Rodríguez Zapatero intentará ganar tiempo y conseguir apoyos puntuales para no convocar elecciones hasta el fin de la Legislatura, nada menos que allá por 2012, con la economía española para entonces probablemente sumida en el caos. La única forma de conseguir elecciones ahora, cuando con toda evidencia el país las reclama y las necesita, es la derrota parlamentaria del PSOE, y ante la posibilidad de que el Gobierno consiga sacar adelante los Presupuestos Generales, el único camino abierto es el de la moción de censura. Pactar y llevar adelante esa moción de censura es lo que la ciudadanía espera de Mariano Rajoy como actual líder de la oposición. No lo tiene fácil, pero si bien se observan los mimbres de la situación tampoco lo tiene imposible. Preside el primer partido del país y su obligación es liderar esa mayoría, de ninguna manera sentarse a ver caer la fruta madura.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios