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¿Una guerra perdida?

martes 06 de julio de 2010, 17:13h

“¿Acaso no ha entendido que algo que no se hace es involucrarse en una guerra sobre el terreno en Afganistán? Porque todos los que lo han intentado en más de mil años han fracasado, y por alguna razón”. Son las últimas declaraciones explosivas de ni más ni menos que el presidente del Partido Republicano, Michael Steele. Quizá tenga mucha razón pero es tal el revuelo que se ha montado en el seno de sus propias filas que hasta podrían costarle el cargo.

Michael Steele es conocido por haber metido la pata en más de una ocasiones, pero esta vez se lleva la palma porque tuvo la “ocurrencia” de poner en duda las posibilidades de que Estados Unidos gane la guerra que comenzó hace casi diez años en Afganistán, y además no ha pedido hacerlo en una mejor fecha, tan señalada en el calendario patriota en las horas previas a que los estadounidenses salieran a celebrar su Día de la Independencia.

“Ésta fue una guerra que escogió Obama. Esto no fue algo que Estados Unidos haya perseguido activamente o en lo que haya querido involucrarse”, afirmó Steele. Sus palabras fueron recogidas por los micrófonos y en cuestión de horas hicieron furor en la prensa conservadora, que no ha dudado en pedir masa su dimisión. “Sé que eres un patriota así que te pido que este fin de semana del 4 de julio hagas un servicio al país y renuncies”, afirmó el comentarista Bill Kristol en una carta abierta.

No solo los líderes mediáticos han cargado contra Michael Steele. El senador Lindsey Graham habla de unas afirmaciones “imprudentes” e “innecesarias”. Para su compañero de partido, John McCain, son “inexcusables” y se pregunta si todavía está habilitado para llevar las riendas de los republicanos. “Ha llegado la hora de que Michael Steele renuncie”, añadió, por su parte, Liz Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney.

El presidente del Comité Nacional Republicano se apresuró a emitir un comunicado en el que matizaba sus declaraciones pronunciadas durante un acto para recaudar fondos en el estado de Connecticut, pero el daño ya estaba hecho. Un coro de voces dentro de sus propias filas le recordaba que “la guerra en Afganistán es la guerra de Estados Unidos y no podemos darnos el lujo del fracaso". El cargo de Michael Steele concluye el próximo enero. Ahora habrá que ver si termina su mandato.

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