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Pues, ¡otra manifestación!

Pues, ¡otra manifestación!

jueves 22 de julio de 2010, 14:10h

Otra manifestación, de las llamadas millonarias, parecería de lo más lógico. Ya no en el cortito Paseo de Gracia, sino en la interminable Avenida de la Diagonal, de Barcelona. ¡A lo grande!

Para que nadie pudiera camuflar sus mentirijillas: que si un millón y medio de asistentes, que si un millón cien mil, que si cuatrocientos cincuenta mil o, incluso, sesenta mil.¡Basta de bromas con las matemáticas!

Si aquella del 10 de julio fue por no se sabe muy bien por qué, esta otra tendría un objetivo más concreto: el Congreso de los Diputados, que acaba de cargarse -como el Tribunal Constitucional- el Preámbulo del Estatut en lo referente a la "nación" catalana. El consenso a que se había llegado en el Parlament de Cataluña en declararse a favor del Preámbulo, limitado en su alcance por el Constitucional a lo que dice la Constitución, ahora se lo ha cargado nada menos que el Congreso.

La pasada histórica manifestación no se sabía muy bien si iba contra el Tribunal Constitucional, contra su Sentencia, si contra España, si contra el PP, si contra Montilla, etc., o si a favor del Estatut del Parlament catalán, si del acordado entre Zapatero y Mas, si a favor de la independencia inmediata, de la a medio plazo o de la del 'chup-chup'. Lo cual tiene una ventaja, para convocar a más gente.

La nueva manifestación podría tener un objetivo más concreto: el Congreso, además de Zapatero que lideró el voto contra la propuesta "de mínimos", consensuada en el Parlament, contra la Carme Chacón que se declaró "satisfecha" con la Sentencia, o contra Montilla y el PSC que votaron lo que les dijo Zapatero, el de las mil caras, el prometedor de todo lo que incumple. El que acaba de prometer lo que Montilla le ha reclamado en otra "histórica" cumbre en La Moncloa: "gestos políticos con Cataluña". Zapatero, el gobernante de los gestos que arruinan económica y políticamente el país.

La próxima manifestación, por tanto, no solo debe ser grandiosa, sino infinita. No solo histórica, sino por encima de la historia. No solo para llenar portadas de los periódicos y televisiones, sino para llegar a las profundidades de las almas patriotas. Sobre todo, no para entronizar su pancarta en el Museo de la Historia de Cataluña, ¿como un monumento o una reliquia?, sino para desvelar, en este momento confuso y crispado, la responsabilidad histórica de todos los ciudadanos con más 'seny' que 'rauxa'.

Es, hablando en serio, la gran manifestación que no se hará.

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