sábado 24 de julio de 2010, 17:53h
Este año estoy de un solidario que asusta. Solidario con el millón de parados, con los autónomos, con las empresas en quiebra, con los jóvenes mileuristas y con los miles de inmigrantes que se ven obligados a renunciar a sus vacaciones veraniegas. Tanto que estoy dispuesto a conservar mi cuerpo lívido y blanquecino evitando los dañinos rayos solares que tanto denostan los dermatólogos. Atendiendo a los deseos de Zapatero y Griñán llamadme Pepe, solidarizándome con Pepiño Blanco y Carmen Martínz Aguayo, me he visto obligado a recortar gastos y, por lo pronto, he decidido que no me iré a la playa como todos los años, ahorrando dos o tres mil euros y contribuyendo así con mi granito de arena al control presupuestario del Estado y a paliar el déficit. Por cierto, que ésta es una de las grandes contradicciones de la maccroeconomía que nunca entenderé. El Gobierno baja los sueldos y congela las pensiones y, a la vez, nos pide a los ciudadanos, asfixiados por las hipotecas y las trampas, que consumamos más para reactivar la economía. ¿Cómo se come eso?¿me lo quieren explicar?
Comprendo que los especialistas digan que la crisis va a durar como mínimo un par de años más. Un lustro diría yo. Es la pescadilla que se muerde la cola. Si no hay consumo, no hay reactivación y si no hay reactivación el consumo de retrae. Estamos aviaos. Aquí no nos va a quedar mas remedio a todosque ser solidarios, encerrarnos en casa, encender la tele, ponernos un tinto de verano con patatas fritas y disfrutar con los éxitos de Nadal, Contador, Alonso, Lorenzo, Pedrosa, las selecciones españolas de fútbol y baloncesto y esperar que escampe. Llevaba razón mi ex compañero y sin embargo amigo, Gerardo Torres, cuando escribía en ABC de Sevilla un artículo titulado "El hinmo, la canción del verano". Es la única satisfacción que nos queda. Escuchar repetidamente el himno nacional en cualquier parte del mundo y ver ondear la bandera española jalonando el éxito deportivo de nuestros campeones. Al menos esa alegríao nos sale baratita.
Y hablando de solidaridad, no quisiera acabar este artículo sin comentar dos perlas dialécticas "solidarias" escuchadas esta misma semana en boca de los dos máximos dirigentes políticos de España y Andalucía.
La primera la dijo Zapatero en la celebración del X aniversario de su elección como secretario general del PSOE., "estamos mucho mejor de lo que parece y lo vais a vivir. Vamos a ver, mucho mejor ¿comparado con quién y con cuándo? ¿con los senegaleses?¿con los etíopes? ¿mejor que en época de Fernando VII?¿mejor que hace un lustro? Todo es relativo y Zapatero es experto en relatividades. Mejor, desde luego, estará él y todos sus compañeros que tienen asegurados sus puestos de trabajo y sus buenos sueldos. Desde luego llevaba razón Zapatero, serán ellos los que lo van a vivir. El resto de los españoles, reconózcalo, señor presidente, estamos bastante más jodidos.
La otra frase lapidaria para la galería la soltó el presidente de la Junta, Griñán llamadme Pepe en el Comité Director del PSOE-A. "Retrasar no es recortar", dijo. Ah ¿no? ¿Entonces a qué vienen los drásticos recortes en carreteras, trenes, obras públicas, vivenda, investigación, subvenciones y docenas de inversiones públicas? Tres años sin inversiones suponen la ruína para muchas empresas y el aumento del paro en cien mil personas más en Andalucía. Si retrasar no es recortar, no retrase más su retiro y jubílese ya, que tiene edad para ello. Pero, por favor, no nombre usted a su sucesor que con los Velasco, Jiménez y compañía que acaba de colocar en el partido, ya tenemos impresentables para un buen rato.