Los incendios forestales se redujeron un 80 % en España

También es cierto que la climatología ha influido extremadamente en esa reducción de los incendios forestales en España, dado que este semestre pasado ha sido frío y lluvioso, pero por estas fechas, en otros años media España estaba ardiendo. Así se puso de relieve en una reunión que estos últimos están manteniendo responsables de Protección Civil con los servicios ad hoc de las Comunidades Autónomas.

Según datos del Área de Defensa Contra Incendios Forestales de la Dirección General para la Biodiversidad, el 59,2 % de los incendios forestales son intencionados, bien por intereses urbanísticos, madereros o especulativos en general, bien por pirómanos que disfrutan con el fuego. Otro 19,2 % lo son por causa aún desconocida; el 13,9 % lo son por negligencia -como el incendio de Guadalajara de 2005, en el que murieron 11 bomberos-; el 6,6 % lo fueron por causas naturales -fundamentalmente por rayos-, y el 1,1 % lo son por "reproducción", es decir, incendios que se creían apagados y cuyos rescoldos se avivan tras los trabajos de extinción.

La reducción de un 80 % de los incendios en el primer trimestre de 2010 es un dato más que excelente, aún cuando se sabe que está directamente conectado con las condiciones metereológicas muy especiales que hemos vivido en ese periodo. Así ha sido valorado en la reunión de Protección Civil con los servicios de extinción de las Comunidades Autónomas. Un dato para el optimismo; pero para un optimismo medido, dada la gran superficie española que se calcinó en pasado periodos.

Lo curioso es el análisis de la motivación de los siniestros intencionados en el 1991-2004, según la citada Dirección General para la Biodiversidad. La quema agrícola y la de pastos suele ser la principal causa de los incendios de este tipo, pero los pirómanos -auténticos enfermos que disfrutan con el fuego mismo- ocupan un destacado lugar en el 60 % de incendios intencionados. Entre las motivaciones estudiadas se encuentran en muchísima menos proporción las venganzas y la caza.

Otras motivaciones para los incendios intencionados son los daños contra animales -acabar con poblaciones de determinados animales en un determinado lugar-, animadversión -respuesta- contra las repoblaciones, vandalismo, modificación del uso de suelo una vez abrasado, disputas de titularidad o para bajar el precio de la madera.