Las espadas siguen en alto

Cuentan los cronistas políticos, especialmente atentos a la crisis del socialismo madrileño, que no fue posible el entendimiento..., porque ni siquiera se hizo posible el encuentro entre Zapatero y Tomás Gómez para que éste decidiera limitarse a aceptar "lo que el líder del partido quiera", sobre la candidatura socialista a las elecciones del año que viene.

De maneras que todo está como estaba, pero un poco más crispado y más complicado: ya se sabe, públicamente, lo que sólo se suponía, que nadie está dispuesto a ceder en sus posiciones departida, y que, con bastante probabilidad, serán inevitables unas primarias que nadie quiere. De momento se asegura que la reunión anunciada sólo se ha pospuesto, y que habrá reunión; se trata solo de un aplazamiento.

Pero se saben mucho mejor las posiciones de cada cual: Tomás Gómez iba decidido a rechazar la pretensión del presidente para que abandonara su intención de ser el candidato de los socialistas a la presidencia de la Comunidad de Madrid en favor de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez. Y, además, había trascendido que el líder del PSM iba a decir no al máximo líder de los socialistas españoles. Por ello, aplazar la reunión era el único recurso para evitar que la reunión se saldara con el fracaso del presidente del Gobierno frente a Gómez.

"La situación no está lo suficientemente madura", han dicho, a posteriori, en la dirección socialista. En cambio, desde el entorno de Tomás Gómez se asegura que el presidente y la dirección federal "no han tenido en cuenta la personalidad" del político madrileño y su determinación de ser el candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Además, se argumenta que en los últimos días y semanas, ha crecido el apoyo a Tomás Gómez, por las sencilla razón de que muchos militantes han considerado que "desde el poder se le quiere atropellar", señalan dirigentes madrileños que apoyan a su secretario general.

"No es momento de declaraciones", señaló ayer -por el viernes- Tomás Gómez muy sonriente cuando fue requerido por los periodistas en plena Gran Vía madrileña, junto a la sede de su partido. En un primer momento los medios de comunicación se habían trasladado al Palacio de la Moncloa, donde iba a celebrarse la reunión al mediodía. Cuando se conoció la suspensión por parte del presidente, los focos se trasladaron a la sede del partido. Se insiste en que un exceso de expectación también ha jugado en contra de la celebración de la reunión. Por si fuera poco, se insiste en que hay cierta presunción de que al presidente "no le cuentan la realidad del partido en Madrid".

Esa realidad de la que hablan los partidarios de Tomás Gómez indicaría que sus apoyos son crecientes y que los militantes quieren elecciones primarias. También insisten en que a Gómez, a diferencia de a otros candidatos, no se le quiere dar la oportunidad de medirse en las urnas. Quién ganará, finalmente, este pulso, que nadie quiere...