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Realmente ¿podrá acabarse la Sagrada Familia?

Realmente ¿podrá acabarse la Sagrada Familia?

lunes 16 de agosto de 2010, 11:23h
El próximo 7 de noviembre,  SS.  Benedicto XVI  consagrará  el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Ese día  millones de personas descubrirán y admirarán la obra gaudiniana  interrogándose   cuándo podrá contemplarse el templo en su totalidad, es decir, con las 18 torres levantadas. Pero… ¿realmente,  podrá acabarse la Sagrada Familia? ¿Aguantarán los cimientos, después de las obras del  AVE,   tantos miles de toneladas?  Tan sólo la Fachada de la Gloria, cuando esté acabada, pesará 22.000 toneladas (en estos momentos la parte que hay construida pesa 9.000). En el subsuelo de Barcelona hay mucha agua y  su nivel freático tiende a subir. Los cimientos que diseñó Gaudí no tuvieron en cuenta ese dato ni tampoco que el túnel del AVE, que mide 12 metros de diámetro, pasará demasiado  próximo, a tan sólo 27 metros, por debajo del Templo comportando unas obras que producirán cambios en el terreno, elevación del nivel freático y  exposición a riesgos innecesarios. A principios de los  90 el Ayuntamiento  proponía el trazado del AVE  por el litoral, pero a finales de la década se decidió que pasara por el centro de la ciudad. En 2003, se aprobó un proyecto consensuado entre las tres administraciones: Ayuntamiento (con mayoría PSC) Generalitat (CIU) y gobierno central (PP) decidiendo que no pasara el túnel bajo la Sagrada Familia sino que el trazado se desviara de calle Mallorca a calle Valencia y desde allí seguir hasta Diagonal y hasta Provenza. Incluso se aprobó en información pública. Posteriormente, tras el accidente de El Carmel y un cambio político (las tres administraciones ya eran socialistas) decidieron volver a proyectar el túnel por la calle Mallorca. Actualmente hay un contencioso, pendiente de fallo judicial, iniciado hace unos años por los responsables de la Sagrada Familia. La Audiencia Nacional encargó tres informes y se han recibido dos. En julio las dos partes hicieron y presentaron informes, trámites de prueba. Mientras tanto, como medida cautelar, los representantes del templo han solicitado hasta cinco veces que parasen las obras, petición denegada por la Audiencia. “Nosotros tenemos un pleito abierto y lo seguiremos hasta el final porque creemos que este túnel puede crear problemas a corto, medio y largo plazo”, nos dice Jordi Faulí, arquitecto director adjunto de la Sagrada Familia, en cuyas obras trabajan 25 arquitectos. El 22 de junio el Congreso de los Diputados aprobó por mayoría - tras una moción presentada por CiU y PP-, que no se avancen las obras por la calle Mallorca hasta que se pronuncie un comité de expertos. Ocho días más tarde, impulsado por el Ministerio de Fomento, se crea dicho comité, formado por 21 profesionales que “ en una parte importante  han trabajado o realizado informes para Fomento,  pero no se ha contado con profesionales o técnicos que representen la experiencia e intereses de la Sagrada Familia”, añade Faulí.  La Sagrada Familia es patrimonio de la ciudad y ha sido levantada gracias a donativos y al importe de las entradas abonadas por más de dos millones y medio de visitantes cada año, cosa que no debería olvidarse. Recientemente  UNESCO  dió “luz verde” al trazado si bien recomienda que se continúe vigilante como hasta ahora e insta a constituir una comisión de expertos independientes que supervise las obras y que se compruebe el estado de los cimientos una vez conc luyan los trabajos del túnel. ¿Una nueva comisión? ¿Estará formada realmente por profesionales independientes? Tantas comisiones y tanta supervisión traen a mi mente la imágen de Poncio PIlatos lavándose las manos... MIentras tanto, el túnel avanza aproximándose a Mallorca-Padilla, enclave donde todavía sería posible un  desvío  parcial del trazado, alejándolo de los cimientos del templo. No dudo que los cambios políticos que tendrán lugar tras las elecciones de otoño en Catalunya incidirán en todo ello. Mientras,  con tanta supervisión y revisión, creo que los ciudadanos de Barcelona en general y especialmente los que viven próximos a la zona del trazado del  AVE , pueden respirar bastante tranquilos. La preocupación por la Sagrada Familia ha contribuido a adoptar rigurosas medidas de seguridad.
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