El Herbolario Lafuente, fundado por la familia Lafuente en el año 1856, tuvo su primera instalación en la calle de Santa Engracia, y de allí pasó a su ubicación actual en la calle Pelayo, 70. Se trata de una pequeña tienda que conserva la misma portada con su madera original, un grueso mostrador de caoba con tarros de cristalería de la Real Fábrica de La Granja y cajoneras de madera que desprenden un fuerte olor a hierbas aromáticas y medicinales. El establecimiento tenía una especie de rebotica en donde se reunían contertulios de la talla de Pablo Iglesias, Julián Besteiro, Saborit o Largo Caballero.
Por su parte, la Bodega La Ardosa, que data de 1892, fue fundada por Rafael Fernández quien le puso el nombre en recuerdo de su pueblo -La Ardosa- en la provincia de Toledo. Existe actualmente otra taberna con la misma denominación en la calle Santa Engracia, pero es ésta de la calle Colón la que conserva sus elementos originales como el rótulo de cristal grabado, el zócalo de azulejos y el ventilador. En la década de los ochenta la pequeña bodega se transformó en un establecimiento con prestigio donde, además de servirse una cerveza nacional y de importación, se enseña a degustarla y, no menos importante, se “tira” de la manera más ortodoxa.
Establecimientos con prestigio y solera como los restaurantes Lhardy, Labra, Ciriaco o La Bola; farmacias como la Real Botica de la Reina Madre, de Colomer, la de la calle Mayor, 44 o la de Deleuze Isasi; pastelerías como El Riojano o la Del Pozo; librerías como la Médica de Nicolás Moya o la del Gabriel Molina exhiben en sus fachadas las placas que las distinguen como comercios destacados.