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La azarosa liberación de los dos cooperantes

La azarosa liberación de los dos cooperantes

lunes 23 de agosto de 2010, 15:39h

   Tras casi nueve meses de secuestro, los miembros de la ONG Barcelona Acció Solidària se disponen, con impaciencia,  a celebrar la liberación de Roque Pascual y Albert Vilalta, secuestrados desde noviembre por Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). Aunque fuentes de Malí y diversos medios árabes dan por buena la puesta en libertad, el Gobierno espera, para dar la feliz noticia, a que Roque y Albert suban al avión que les ha de traer a Barcelona. Los dos cooperantes catalanes cruzan el desierto con un mediador para volar desde un lugar seguro, que será, previsiblemente, Burkina Faso. Según la agencia AFP, se les espera en la frontera de Malí con Burkina Faso para que, ya allí, un helicóptero les traslade a la capital del país, Ouagadougou.

   Este procedimiento es el mismo que se siguió tras la liberación, en marzo, de su compañera de cautiverio, Alícia Gàmez. Los miembros de la ONG, que han pasado la noche pegados al teléfono, hicieron guardia hasta pasadas las once de la noche en su sede, en el barrio de Sant Andreu de Barcelona, acompañados por decenas de periodistas, viviendo la calma tensa de la espera. Francesc Osán, portavoz de la ONG, fue cambiando su estado de ánimo según pasaban las horas, desde que la noticia saltó a primera hora de la tarde de este domingo. Si a primera hora de la tarde advertía que temían que fuera una nueva falsa alarma, poco después aseguraba: "Tenemos la percepción de que la cosa va en marcha".

   La Agència Catalana de Notícies aseguró que Roque Pascual ya ha llamado a su mujer para decirle que está bien, libre de sus captores. Ambos cooperantes catalanes fueron secuestrados el 29 de noviembre del año pasado en Mauritania cuando recorrían el país con la caravana Barcelona Acció Solidària. Estaban, por tanto, a punto de cumplir los nueve meses en el refugio de los extremistas en el norte de Malí. La compañera de ambos en la expedición de la ONG, Alicia Gámez, corrió mejor suerte y pudo abandonar la guarida de los radicales el pasado marzo. La puesta en libertad de Pascual y Vilalta se habría producido tras el pago de un rescate de entre cinco y diez millones de euros y a cambio, además, de la extradición de uno de los condenados por su secuestro, Omar Uld Sid'Ahmed Uld Hame, apodado como Omar Saharaui.

   En esta incertidumbre del momento y el lugar de su liberación, el Gobierno español desmintió anoche que los dos voluntarios de la ONG Barcelona Acció Solidària hubieran sido puestos en libertad. Aseguró que aún estaban en manos de los terroristas, aunque aparentemente sí habían manifestado su intención de entregarlos al mediador en el secuestro, Mustafá Chafi, consejero del presidente de Burkina Faso. El anuncio, a primera hora de la tarde, de la liberación de los dos catalanes por la cadena de televisión árabe de noticias Al Arabiya, desbarató los planes del Ejecutivo, que sólo tenía la intención de dar a conocer la buena nueva el lunes a partir de mediodía, cuando ambos estuvieran en un territorio seguro y junto a Soraya Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional, y con agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

   Otras fuentes conocedoras del desarrollo de la negociación sostenían la noche del domingo que Vilalta y Pascual ya habían perdido de vista a los barbudos que les custodiaron, pero que aún tenían por delante la travesía de Malí -primero el desierto y después la sabana-, un país en el que campan a sus anchas contrabandistas y traficantes de droga. Ese recorrido lo efectuaban a bordo de varios todoterrenos acompañados de Mustafá Chafi, al que AQMI dio cita, comunicándole las coordenadas GPS, en algún punto del norte de Malí. Les escoltaban además un puñado de malienses pertenecientes a uno de los grupos armados no islamistas que pululan por el norte del país y que no inspiraban excesiva confianza al resto de la comitiva. De ahí la prudencia del Gobierno.

   Al final del viaje tenían previsto alcanzar la frontera de Burkina Faso, donde un helicóptero oficial tenía que recogerles este lunes, para trasladarles a Uagadugú, capital de Burkina Faso. Anoche, un Falcon del Ejército del Aire estaba preparado para llevar allí a la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, y a las familias de los secuestrados, a las que la noticia sorprendió de vacaciones en el norte de Cataluña. La puesta en libertad de Pascual y Vilalta se ha desarrollado de manera muy similar a la de Gámez, hace ya más de cinco meses. Tras un largo cautiverio en Malí, no han sido finalmente liberados en ese país sino en el vecino Burkina Faso, cuyo presidente pone gran empeño en resolver problemas regionales.

   De nacionalidad mauritana, Chafi, el mediador, se dio a conocer a partir de 2002 desarrollando una labor de buenos oficios en la guerra civil que asoló Costa de Marfil. El optimismo de Chafi se justifica por la entrega, el pasado fin de semana, de Omar Ould Sidi Ahmed Ould Hamma, apodado Omar Saharaui, por Mauritania a Malí. Omar Saharaui fue condenado en julio, por el tribunal penal de Nuakchot, a 12 años de trabajos forzados por haber organizado el secuestro de los tres españoles . En agosto, en plenas vacaciones judiciales, un tribunal de apelación confirmó la sentencia.

   Finalmente, la azarosa operación de la liberación de los dos cooperantes secuestrados lograba recuperar un optimismo que se había ido perdiendo a medida que aumentó el tiempo del secuestro...

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