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El pulso de Corbacho

El pulso de Corbacho

miércoles 25 de agosto de 2010, 13:47h

He escrito en otra ocasión que me parecía de perlas la decisión del gobierno de introducir en la ley de reforma laboral la obligatoriedad de que quién cobre la prestación de desempleo no pueda negarse a aceptar un puesto de trabajo o  realizar un curso de formación.

Es un pulso que el ministro Corbacho mantiene con los sindicatos y que la verdad sea dicha no sé si al final va a ganar, pero debería de hacerlo.

   Es una tragedia quedarse sin empleo y por tanto quién sufre esa situación debe de cobrar una prestación que le permita vivir, pero también debe de aceptar incorporarse al mercado laboral en cuanto le den ocasión.

   Pero es culpa de la Administración  de que en nuestro país haya quienes están apuntados en el paro y tengan algún trabajillo, con lo que redondean lo que necesitan cada mes para vivir. Tenemos un sistema o lo teníamos hasta ahora, que permitía a quién estaba en el paro rechazar el empleo que le pudieran ofrecer en el INEM. E insisto, todos conocemos a alguien que en algún momento ha cobrado del paro y ha trabajo en alguna chapucilla al mismo tiempo.

   Naturalmente la situación de la economía española hoy no da para muchas alegrías ni tampoco picaresca, de manera que en estos momentos millones miles y miles de familias viven la tragedia de  tener a todos sus miembros en el paro.

   Los sindicatos tienen pues la obligación de defender a los desempleados y pedir que cuenten con prestaciones suficientes para poder vivir y en estos deben de ser implacables. Al mismo tiempo y no es contradictorio, el gobierno tiene que gestionar los recursos públicos y gastar cada euro con cuidado, precisamente para que el estado del bienestar aguante, de manera que tiene que ejercer un exhaustivo control sobre quienes cobrar la prestación de desempleo. De la misma manera que los sindicatos deben de dar la batalla para que despedir no salga gratis o casi gratis y además sea aún más fácil de lo que es.

   Pero en mi opinión si una persona está en el paro debe de aceptar el trabajo que s ele ofrezca siempre y cuando ese trabajo tenga que ver con su capacitación profesional o similar. Y debe de aceptar también cursos de formación y reciclaje porque podría darse que no haya puestos de trabajo igual a los que ocupaba y deba de intentar volver a la vida laboral en otro puesto.

Buscar el equilibrio entre no desamparar a las víctimas del paro y al mismo tiempo gestionar bien los recursos es el reto al que se enfrenta el gobierno.

   Creo que el dialogo entre gobierno y sindicatos es imprescindible porque sería de desear que esa reforma del mercado laboral se pudiera hacer con su concurso en cuestiones como está. Hay aspectos en la proyectada reforma del mercado laboral que son más que discutibles y que pueden suponer una perdida de derechos para los trabajadores, pero ninguna persona honrada puede rechazar la propuesta de que quién no acepte un trabajo porque no le da la gana reciba unos recursos públicos que deberían de ir encaminados a quién si los necesita.

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