“Hay que ser sublime sin interrupción”. El tan genial como maldito poeta
Baudelaire atacaba con esta lanza dialéctica al resto de sus colegas para ponerse él en lo más alto del pedestal. Un lugar que en el deporte español ocupa desde hace tiempo
Rafael Nadal, ahora coronado con su último ‘grande’: el Open de EEUU. Suma así ya nueve títulos de esta máxima categoría y se mete entre los únicos siete tenistas de la historia capaces de semejante hazaña. Una hoja de servicios a nuestro deporte en particular que ya festoneaba con las tres Copas Davis, la medalla de oro olímpica y decenas de títulos de categoría Master. Pero, con tanto triunfo, con tanto currículum, con tanta gloria profesional, hay un aspecto en el que ‘Supernadal’, a diferencia del escritor francés antecitado, todavía es mejor, todavía destaca más: la bondad. Y ahí podemos aplicar y aplicamos el dicho favorito de otro genio en lo suyo, pero adornado con lo más importante, el ser buena persona. Un tal
Beethoven, que les sonará, quien cuando se encontraba rodeado de la corte de aduladores les espetaba: “Sólo hay algo más importante que la inteligencia o el buen hacer artístico: la bondad”.
Una cualidad humana que suele ir revestida de humildad ante los -muchísimos- éxitos y reconocimiento del rival en las -poquísimas- derrotas. Algo que en los tiempos que
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sufrimos, con tanto divo vacuo impresentable, adquiere mayor relevancia. De ahí que Nadal sea tan admirado, sea el banderín de enganche, el adalid para tanto españolito de a pie que ve en él la mejor imagen profesional y personal que podemos ofrecer, el familiar que a todos nos gustaría tener.
De ahí que hace tiempo, y cada día más, el manacorí, haya alcanzado la categoría de mito planetario y galáctico -no confundir con los futboleros así llamados- , la importancia de ser querido y amado por sus compatriotas. No muy distinta, afortunadamente, a otros grandes deportistas que, olvidados los complejos de generaciones anteriores, han llevado al deporte hispano a la cumbre, a disfrutar de ‘annus mirabilis’ tras ‘annus mirabilis’. Sí, gente que también les sonará:
Iniesta, Casillas, Xavi y el resto de campeones europeos y mundiales -sin olvidar a otro personaje pleno de bonhomía como su ‘jefe’
Vicente Del Bosque-,
Pau Gasol, Alberto Contador, Jorge Lorenzo, Edurne Pasaban, Gemma Mengual, Fernando Alonso y un amplio etcétera.
Tiempo habrá de seguir relatando las hazañas y analizando los triunfos de todos ellos en general y de ‘Supernadal’ en particular. Ahora nos quedamos con la alegría de poder presumir de él por ser sublime sin interrupción en su categoría profesional y humana. Gracias.
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