El pulso de Aguirre

   En vísperas de la huelga general, Esperanza Aguirre ha cometido el error de atacar en la línea de flotación de los sindicatos. La presidenta madrileña quiere reducir el número de sindicalistas "liberados" con la excusa de ahorrar. En realidad, al PP no le gustan los sindicatos y de todos los dirigentes populares la que demuestra una antipatía más activa contra los sindicatos es la presidenta de Madrid.

   Ya digo que creo que se ha equivocado en el momento de elegir el debate. Aguirre ha regalado munición para que disparen contra ella. En un momento en que los sindicatos han convocado una huelga general contra el Gobierno, la presidenta de Madrid hace un quiebro y se lanza a la arena provocando al toro sindical, con lo que al final la huelga de finales de mes va a parecer que ha sido convocada contra el PP en vez de contra el Gobierno.

   Lo cierto es que como bien ha recordado el líder de CCOO, Fernández Toxo, tanto en el Estatuto de los Trabajadores como en la Ley Orgánica de Libertad Sindical se especifican todos los derechos y deberes de los miembros de los comités de empresa, así que por mucho que Esperanza Aguirre se empeñe no va a poder saltarse la legalidad.

En otro momento quizá habría tenido sentido plantear cuántos liberados sindicales son necesarios para defender los derechos de los trabajadores y si las centrales sindicales, lo mismo que el resto de los ciudadanos deberían de apretarse el cinturón. Pero insisto en que el debate está mal traído y parece más una venganza de la presidenta de Madrid contra el movimiento sindical, que una medida política de austeridad en tiempos de crisis.

   Verán, yo creo que los sindicatos en España llevan unos cuantos años perdiendo terreno por haber sido demasiado complacientes con el poder. Sin duda es importante llegar a acuerdos, es una lección de responsabilidad que los sindicatos han dado, pero en ese camino se les ha olvidado la gente que está en el paro, o la precariedad laboral.

   Y que conste que CCOO viene haciendo mejor papel que UGT. Las declaraciones de Fernández Toxo sobre la crisis están llenas de sentido común y seriedad, mientras que el famoso vídeo de UGT es una broma de mal gusto. Pero más allá de los errores y de las carencias de nuestros sindicatos no me cansaré de repetir que sin ellos la situación de los trabajadores aún sería peor, y en estos tiempos de crisis muchísimo peor.

   A mí, me parece que en estos momentos la propuesta de Aguirre es una propuesta demagógica encaminada a intentar socabar la imagen de los sindicatos. Pero dicho esto, las centrales sindicales también deberían de hacer una reflexión sobre lo que la sociedad espera de ellos, sobre el ejemplo que deben de dar, sobre si están actuando a la altura de lo que las circunstancias requieren, sobre el desamparo en que se sienten los desempleados, etc, etc, etc.

   Con su actitud, Esperanza Aguirre se ha ganado a pulso que la huelga general, al menos en Madrid, vaya también contra ella.


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