Una de las cosas que tienen las elecciones y los cambios de gobierno es que quedan en la cuneta políticos elogiados por casi todos. El hasta hace poco consejero de cultura, Ferran Mascarell, está en situación de disponible. Su departamento, en el reparto fruto del pacto, ha pasado a ser controlado por ERC. Pero el “buen rollo” inaugurado entre las fuerzas del antiguo tripartito parece que se mantiene, por lo menos hasta ahora. El nuevo consejero, Joan Manuel Tresserras, piensa en Mascarell como nuevo director general de la Corporació Catalana de Ràdio y Televisió, el organismo que controla la radio y la televisión pública catalanas.
Mascarell, muy bregado en la gestión cultural desde su cargo anterior en el Ayuntamiento de Barcelona, relevará a otro socialista, Joan Majó, que anteriormente fue ministro socialista de industria y que desde la corporación ha encarrilado económicamente este buque insignia de la autonomía catalana.
El nombramiento de Mascarell, si termina confirmándose, seguiría el deseo de Montilla de mezclar gente de diversos partidos en todas las consejerías, independientemente de quien ostente la máxima representación.
En la consejería de Cultura se reserva también un puesto para Josep Bargalló, un republicano que sustituyó a Carod como consejero primero y que hizo muy buenas migas con Maragall. Bargalló será nombrado, con toda seguridad, responsable del Institut Ramon Llull, organismo que impulsa la difusión de la cultura catalana, y que, salvadas las distáncias sería el Instituto Cervantes catalán.
Si (
No(
