¿Adiós al coche oficial?

Tras recortarse los salarios, ahora tocan los coches oficiales. La Junta de Castilla y León ha sacado la tijera y ha decidido que los altos cargos deben elegir entre andar, coger el transporte público, compartir coche o utilizar el vehículo propio. 

El presidente Herrera, a la chita callando, ha hecho llegar a su Gobierno la necesidad de reducir el uso del coche oficial todo lo que se pueda. Muchos consejeros acuden por las mañanas a sus departamentos dando un paseo (Sanidad, por ejemplo) y todos los demás altos cargos que no tengan que realizar un viaje fuera de Valladolid van a trabajar con sus coches particulares.

El presidente ha sido el primero en ejemplificar. El séquito que le sigue en sus viajes (jefa de Gabinete, prensa y protocolo) lo hace compartiendo un solo vehículo, a veces un monovolumen.

Los conocedores de las interioridades del colegio de La Asunción, sede del Gobierno regional, cuentan que Herrera  es consciente de que  los tiempos piden gestos de pedagogía política para que la sacudida de la crisis que afecta a tantos sea compartida por quienes gestionan la cosa pública. “Si el sacrificio es cosa de todos, lo primero es quitar los coches oficiales”. Esperemos que esta filosofía sea asumida por algunos de los directores generales que se creen con derecho a conductor.