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Vender falsas ilusiones

viernes 24 de septiembre de 2010, 08:18h
Está bien que alguien diga las cosas por su nombre: que hay promesas que son falsas ilusiones. Y es muy sensato y oportuno que lo haga, precisamente, cuando se está a punto de celebrar elecciones en Catalunya. Eso es quitar telarañas de los ojos a la gente. A los ciudadanos que próximamente tendrán que ir a votar.

Es lo que ha hecho, en una conferencia en Lleida sobre el catalanismo en el siglo XXI, el señor Luis Foix, demostrando, una vez más, que es uno de los grandes periodistas que tiene el país. Un profesional culto, viajado, documentado, claro de exposición y con una visión amplia y equilibrada de las cosas y de los hechos. Virtudes que, desde hace muchos años, pone a diario al servicio de un periodismo de calidad,  en diarios y tertulias serias. Desgraciadamente, no vamos sobrados de Luis Foix. Con la autoridad profesional y humana que le dan estas cualidades, puede decir sin tapujos lo que hay que decir en cada momento. Los electores harán bien de escucharlo y reflexionar antes de ir a depositar su papeleta en las urnas.

Según el análisis de Foix, "el eje central catalanista de las tres formaciones (catalanas) con más posibilidades de entrar en el Gobierno son irrealizables, es decir, la independencia no será en esta legislatura, el concierto económico no lo tendremos esta legislatura y una España federal tampoco, porque, sencillamente, no hay federalistas". Es decir, los objetivos fundamentales con que se presentan, respectivamente, Esquerra Republicana, Convergència i Unió y el Partit Socialista de Catalunya, no se cumplirán ni a corto ni a medio plazo.

Lo que están haciendo, en este sentido, estas formaciones políticas (y otras) es vender humo, falsas ilusiones. En el fondo, engañar a la ciudadanía. Porque ni los mismos que lo predican se lo creen. Pero como de alguna manera tienen que hacerse notar, deben de presentarse con alguna bandera con gancho, con un lema que tenga garra. Con una gran pancarta atractiva.Y así, proclaman sus ilusiones como si fueran promesas factibles, mañana o pasado mañana, a ver cuántos electores pican.

Una cosa son las intenciones y otras las posibilidades reales. Y como el informado y responsable periodista Foix lo sabe bien, porque conoce el mundo de la política y el talante y las estrategias de los políticos, lo advierte a tiempo. Para que los que vayan a votar, no lo hagan a pies juntillas o engañados. Para que no sueñen con falsas expectativas. Para que no se hagan falsas ilusiones.

Y recomienda ser realistas. Ante esta dinámica -dice- "hay que volver a echar mano de lo que se tiene para ir ganando nuevas cuotas de autogobierno, de poder económico y de capacidad de gestionar políticas europeas". En definitiva, está en la línea que proponía el idealista y, al mismo tiempo realista, malogrado Pere Duran Farell, que tanto hizo por el país.
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