El liderazgo de Tomás Gómez

Las elecciones primarias en el Partido Socialista de Madrid están suponiendo un fuerte empuje de movilización interna, un caudal de participación y una extraordinaria fuente de motivación para los militantes. Y eso no es poca cosa. Durante años, en el PSM hemos vivido bajo la lógica de una inhibición en el papel que tienen que desempeñar los afiliados. Nos hemos acostumbrado a recibir las instrucciones y a ejecutarlas mecánicamente, y afortunadamente eso ha cambiado. Y no sólo gracias a este proceso, también como consecuencia de la política emprendida por la Ejecutiva Regional y por el Secretario General, Tomás Gómez, desde hace tres años.

No hay herramienta más política y más representativa que la fuerza de nuestra militancia. Frente al marketing y la propaganda de las imágenes, las ideas, el intercambio de opiniones y la construcción de un programa, frente a la publicidad mediática y los mensajes simplistas, la presencia física de nuestro secretario general y la labor de todos y de cada uno de los militantes.

El PSM es una maquina potente, adormecida durante demasiado tiempo, pero una maquina que se fortalece en el desarrollo de su actividad. Detrás de cada debate, de cada reunión para elaborar propuestas, de cada acto para escuchar las denuncias de los vecinos, de cada encuentro para hablar de las preocupaciones e inquietudes de la gente está la naturaleza misma de nuestro proyecto: participación, democracia, libertad.

Tomás Gómez nos ha devuelto con su trabajo, primero, y con su voluntad de ponerse al frente de la candidatura socialista, después, la confianza en que el futuro es una oportunidad para hacer realidad el cambio en Madrid. Para acabar con las políticas neoliberales de Aguirre, su modelo de confrontación y sus estrategias de liquidación del Estado del Bienestar. Efectivamente, jugamos contra reloj y por eso no es el tiempo de más experimentos por muy aparentes que estos sean. Es la hora de las decisiones importantes, la hora de que los socialistas madrileños asumamos nuestra responsabilidad y nos pongamos al frente de una propuesta progresista para el cambio en Madrid.

Se lo debemos a los madrileños y nos lo debemos a nosotros mismos. Desde hace muchos años, la derecha ha significado retroceso y pérdida de calidad de vida, ha supuesto peor gestión de los servicios públicos y una transformación encubierta de los pilares del sistema de bienestar en una oportunidad para los negocios de unos pocos, poderosos, pero muy pocos.

Juan Barranco Gallardo
Diputado Socialista por Madrid