España, partida en dos

   Tras las elecciones del domingo, España aparece, más que nunca,  partida en dos. El PP ha ganado las elecciones- obtuvo más votos que el PSOE- pero  pierde poder local y autonómico. Están en el aire los gobiernos de Navarra y Baleares y también los ayuntamientos de algunas  de las capitales de provincia. Zapatero y Rajoy se midieron en la campaña. Contados los votos, a la vista está que el presidente del Gobierno no ha sabido impulsar a su partido hacia una victoria posible dada la bonanza económica por la que atraviesa España. En el caso de Madrid, la derrota de Miguel Sebastián, candidato impuesto a la FSM, se puede interpretar como un fracaso personal de Zapatero. Nadie de su entorno se atreverá a decírselo, pero es así.

   También está claro que el discurso catastrofista del jefe de la oposición no ha rendido frutos para el PP en ninguna de las tres comunidades autónomas a las que se dirigía: Navarra, País Vasco y  Cataluña. En las tres, las cosas le han ido mal al PP. En Navarra sus socios de UPN ha ganado votos, pero han perdido un escaño con lo que allí, la llave queda en manos del PSOE que, por cierto, ha perdido apoyos y pasa a ser la tercera fuerza por detrás de los independentistas quienes, a la postre, han sido los verdaderos vencedores. Hecho éste que tanto en Génova (PP) como en Ferraz (PSOE) debería invitar a la reflexión. La polarización política extrema que vivimos en España explica y agrava algunos de nuestros problemas.

   El camino alemán muestra que un país se hace grande cuando los partido políticos priman los intereses generales sobre los particulares. ¿Estaríamos hablando del ascenso de ANV (tercera fuerza en numero de concejales en el País Vasco) o de que  de las filas de  Nafarroa Bai puede salir el próximo presidente de Navarra si no fuera por la desmesura del enfrentamiento entre el PP y el PSOE? ¿No habría que remitir a ése mismo registro de lo condenable ,la bronca que se han traído los dos grandes partidos a cuenta de las listas disfraz de Batasuna? El día que unos y otros comprendan que les pagamos para que mejoren las cosas, no para  crear más problemas de los que son capaces de solucionar, será un gran día. Por desgracia, me temo que  tardará en llegar.