¡Esto no es fútbol!

Con un par de días de distancia y los ánimos algo más calmados es momento de reflexionar sobre lo acontecido en torno al Sporting de Gijón-Real Madrid. Lo sucedido durante las horas previas acabó por enturbiar un partido que poco tuvo que ver con lo que es el fútbol, deporte y espectáculo unidos.

Las irresponsables declaraciones de Mourinho en las que afirmaba que el Sporting había “regalado” el partido contra el FC Barcelona han generado, dos meses después, la mayor polémica en lo que llevamos de temporada. Y decimos irresponsables por utilizar términos despectivos en el deporte como “regalar”. No por ello esas acusaciones estaban exentas de veracidad. Y esto es algo demostrable.  No se pretende aquí discutir el derecho de un entrenador a la hora de gestionar su plantilla como le venga en gana. Pero lo cierto es que Manuel Preciado, técnico del Sporting, utilizó un once completamente distinto en sus partidos contra el FC Barcelona y el Real Madrid. Sólo Botía, Rivera, Lora y José Ángel, éste último por lesión del titular Canella, repitieron concurso el pasado domingo con respecto a los que participaron el 22 de septiembre en el Camp Nou. Luego al técnico portugués no le faltaba razón al declarar que el Sporting había jugado con el “equipo B”. No es lo que debió pensar el señor Preciado.

En rueda de prensa, el técnico cántabro del Sporting el pasado viernes atacó duramente a Mourinho, al que calificó de “canalla y mal compañero”. Durante más de diez minutos, y eso que no lo “llevaba preparado”, Preciado dedicó multitud de lindezas contra el Real Madrid y su entrenador, tales como “se merece el ambiente hostil que se va a encontrar”, “yo le pondría con los Ultra Boys –hinchas del Sporting- para que aprenda” o “ahora vamos a jugar al 300%, a cañón”. Si esto no es incitar a la violencia mucho se le parece. Total que el autobús del Real Madrid a su llegada a El Molinón fue recibido con todo tipo de improperios, lanzamientos de algunos objetos e, incluso, petardos. Por supuesto, todo ello justificado. Eso les pasa por tener un entrenador tan “egocéntrico” y herir la sensibilidad de los jugadores gijoneses que “no son unos primos”.

Más tarde, durante el partido las predicciones de Preciado sobre el ambiente se confirmaron. Una respuesta un tanto desproporcionada, ¿no creen? Preciado no se ha arrepentido, sino que ha ratificado sus declaraciones apoyado por colegas como Pochettino, Garrido, Emery, Lotina o Guardiola, de quien recibió un sms. No es la primera vez que el Real Madrid recibe un ambiente tan adverso en un campo de fútbol. Cristiano Ronaldo, por ejemplo, ha recibido 32 faltas en lo que va de campeonato, casi el triple de las que ha sufrido Messi, sólo 11. Últimamente, da la sensación de que contra el Real Madrid todo vale, incluso la violencia, porque lo que sucedió en Gijón es violencia. La animadversión que genera el Real Madrid se argumenta por la soberbia y chulería que desprende el club y sus jugadores. Argumentos de peso, sí señores. Más de uno debería recapacitar para evitar estos episodios “nada edificantes”, Del Bosque dixit.