"Todo el mundo se reúne con todo el mundo, pero nadie llama a la CEOE, y las empresas no se sienten representadas por esta patronal". Así de contundente se ha expresado el presidente de la patronal andaluza (CEA) y candidato a encabezar la CEOE, Santiago Herrero, para justificar la necesidad de un profundo cambio y renovación que necesita la patronal del país.
El responsable de la patronal andaluza ha asegurado que la ausencia de la Confederación en la reunión que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mantendrá este sábado con 30 grandes empresas responde al "descrédito" en el que ha caído la patronal tras los años de gestión de su actual presidente, Gerardo Díaz Ferrán. Herrero considera que el proceso de elecciones internas en la CEOE también podría haber tenido algo que ver en la decisión del presidente del Gobierno.
"En otras épocas esto no habría pasado", ha afirmado durante un desayuno organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), en el que no mostró sorpresa por que la CEOE no haya sido llamada a la cita. "La CEOE debía haber sido la campana de llamada de atención sobre determinados temas, pero ha sido todo lo contrario", ha lamentado el candidato a suceder a Díaz Ferrán, para quien a la organización empresarial "le falta respeto institucional". En esta línea,lamentó que las empresas no se sientan representadas por la patronal, pero "tampoco -argumentó- la CEOE tiene que actuar como un lobby, que ha perjudicado la percepción de la asociación como defensora de los intereses generales".
Preguntado por su postura ante las políticas de empleo y desempleo, Santiago Herrero ha afirmado que la reforma de las políticas activas de empleo debe corregir el "problema de actitud" de los parados, que "no buscan trabajo hasta dos meses antes de la pérdida de la prestación" y perciben el cobro de los subsidios como una situación "estable". Así reclamó al Gobierno que no se quede parado ante la actual dimensión de la crisis y que acometa, si es necesario sin acuerdo político y social, reformas necesarias como ésta de las políticas activas o la de las pensiones.
Así, Herrero se refirió a la primera de ellas diciendo que "la excesiva protección del desempleo desincentiva el empleo". Sin embargo, aclaró que el problema no es la duración de las prestaciones sino "la actitud" de los parados. "En España se busca trabajo dos meses antes de la pérdida de la prestación, que se concibe como algo estable", señaló, para añadir que esta búsqueda debe producirse desde el mismo instante de la pérdida".
Ante la pregunta de la utilidad del subsidio conocido como PER, el empresario respondió con la afirmación de que "todo el mundo, todas las regiones tienen su propio PER y seguro que el andaluz no es el más costoso".
Dicho esto, consideró que la reforma de las políticas activas, que el Gobierno prevé tener perfilada en enero con el concurso de los sindicatos y también de la patronal, debe apostar por una atención individualizada de los parados, para mejorar su empleabilidad.
JUBILACIÓN MÁS TARDIA
En cuanto a las pensiones, el presidente de la CEA dejó claro que "la mejor reforma de sería crear empleo". Si bien, admitió la necesidad de acometer cambios en el sistema, empezando por "ampliar la edad de jubilación y la base de cálculo de las pensiones".
En su opinión, el Gobierno debe sentarse a negociar con estos principios en la mano y no arrugarse a la hora de legislar. "Se necesita consultar pero no puede ser que la espera de un acuerdo sea una justificación para que el Gobierno no decida", ha apuntado, para añadir: "el Gobierno tiene que tener un criterio claro".
Más allá de estas dos reformas pendientes, Herrero echó en cara al Ejecutivo mayor decisión para aplicar reformas estructurales en medio de unas perspectivas económicas "muy graves".
"No podemos estar simplemente esperando que otras economías tiren de la situación para que la economía española mejore", señaló antes de enfatizar que la salida de la crisis pasa por las reformas, que el Gobierno "no adopta o lo hace de manera insuficiente".
"La reacción del Gobierno es como la de los animales, corren cuando ven el peligro y cuando ven que han hecho el esfuerzo suficiente, paran parar mirar, y esa parada es vital. Eso paraliza el camino hacia una reforma", apostilló.
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