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Dos Hermanas, la Ciudad del Jockey

Dos Hermanas, la Ciudad del Jockey

Doblete emotivo de Fayos y lecciones de Horcajada y Grosjean

domingo 05 de diciembre de 2010, 14:51h
No tiene suerte Dos Hermanas. La lluvia siempre está presente de una manera u otra. En dos jornadas la pista ha tenido que sufrir de lo lindo. Y las carreras parecen quedar en entredicho por las condiciones del firme. Pero como esto es ajeno a voluntades lo que nadie puede desmentir es lo importante que están siendo saber medir las montas en el Hipódromo nazareno. Promulgan a Dos Hermanas como la ciudad del caballo, aunque por lo visto en cuestión de turf más bien sería ‘La Ciudad del Jockey’. Y estamos en casa de Borja Fayos.

Vaya por delante, como he escrito en más de una ocasión, que su estilo me recuerda al de Florentino González. No es estilista y sí efectivo. Además en la pista, y ese es su gran mérito, no se le denota los sufrimientos que debe hacer cada semana para mantener el peso y una preparación física más natural que trabajada. Pero Borja Fayos tiene esa pizca de arte, que unido a su indudable esfuerzo personal encima del caballo, le lleva a ser uno de los jockeys más rentables y fiables. Además, Dos Hermanas parece estar trazado a su medida. El pasado domingo no se cayó del quinto puesto, con una secuencia de 5º, 2º, 3º y 4º antes de llegar a ganar con Doende el Gran Premio de Nacionales.  

Y este domingo ganó en dos de las cuatro carreras que disputó, entre ellas el sprint con Newby, al que el barro no parecía agradarle de salida pero con el que no se abandonó hasta la línea de meta para superar a Flying Flute. Antes había hecho ganador a Della Bend, una yegua de dos años con la que midió el remate y se creció en la lucha cuando a su grupa apareció Cadón. La mirada al cielo para dedicarle el triunfo a su padre (fallecido durante la semana) fue de lo más emocionante de una jornada en la que sólo hubo un triunfador: BORJA FAYOS. Con mayúsculas.  

Sin embargo, aunque sus dos montas ganadoras fueron excelentes, quién también sacó el libro de montar a caballo para escenificar en la pista como se gana una carrera fue Horcajada. De diez. Aquí si hay clase. Sale mal de los cajones pero mete al caballo en el carril interior (al ser la primera carrera no está demasiado castigado) y hace una primera curva en la que se sitúa segundo acechando al puntero en la recta de enfrente para pasarle antes de volver a ceñirse a los palos para dar la última curva y dejar que Chiricahua, a la postre segunda, acusara dar una curva sin detenerse, por lo que en la recta Horcajada volvió a entrar con todo el caballo para irse a ganar sin que los demás puedan rematar y eso que al final de la curva le había enseñado la fusta. Merece la pena ver la repetición de la monta, porque no sé si Barrocco hubiera ganado con otro jockey, pero sí que el que iba encima lo hizo todo bien.  

Otro que también montó sin complicaciones a un favorito, que no es nada fácil, fue Julien Grosjean con Tradeside. Nueva lección. Ganó como quiso una carrera en la que José Luis Martínez quiso robarle la cartera al lote con Irazu, pero se encontró con la tremenda superioridad del de Saf Saf que no se dejó sorprender en el recorrido y vigiló a los punteros (Irazu, Mister Lucky e Vivaldi Real) que trataron de hacer una carrera entre ellos. Y lo hubieran logrado si Grosjean no hubiera tenido caballo para ‘aburrir’.  

Y dejo para el final la carrera de la Lototurf. Lo primero, una gran colleja a quién esto escribe por adelantarme y pensar mal sobre posibles retirados. Salieron los doce. Listo. Y ganó Balata, con la que Silvia Zapico también demostró que sus montas en carreras de profesionales le han servido para tener mejor sentido del paso y con Balata, que salió por el cajón uno, le dio el recorrido justo para venir en la recta sobre Salsarix, que parecía ganador. Quién si me dio la razón sobre lo poco conveniente que es programar estas carreras como pruebas de Lototurf fue Pablo Gredilla, el jinete amateur del gran favorito Zona Cero. Se quedó en la salida, le forzó en exceso para tomar contacto y en la recta se quedó sin caballo. Muy mala monta que perjudicó a muchos apostantes, que se tendrán que conformar con aquello de que eso “suele pasar en carreras de guardias”. La carrera también se saldó con la fea caída de Gonzalo Pineda a lomos de Duranferr.

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