Resulta arduo comparar. Y más cuando se trata de un mismo deporte. Y más siendo español. Y más al escribir una crónica de Dos Hermanas después de haber tenido la suerte de ver cuatro Grupos I en Hong Kong y una doble victoria española en Toulouse. Es para comer cerillas. Es nuestro turf. Ya no hablo de lo institucional, sino de lo deportivo. Ruego vean en video y si es posible simultáneamente el Premio Cajasol, ganado por Kuruchet, y la 14ª etapa de la Delfi du Galop donde se ha impuesto Young Tiger. Y si son el mismo deporte quién esto escribe lo deja todo y se ordena sacerdote de la Iglesia Episcopal del Congo Belga (si es que todavía existe).
Las tres jornadas de carreras (Hong Kong, Dos Hermanas y Toulouse) las he seguido gracias a la retransmisión por Internet. De momento hablar de las tres en la misma frase ya me suena a sacrilegio. No haré aquí acopio ni comentario alguno de los Grupos I asiáticos (los recomiendo ver y disfrutar en la página de Corta Cabeza) tampoco de la jornada mixta de Toulouse y la enésima exhibición de Young Tiger y la cómoda victoria de Bottega (también se pueden ver en la página). Ahora me toca Sevilla. Y su ¿Gran Premio?.
Hacía mucho tiempo que una carrera de caballos no me dejaba tan malas sensaciones. No sé si porque antes me había cambiado de tranco (traicioné mi confianza por estudios por un soplo / enhorabuena Socaire y Rapaciña) que me privó de disfrutar de una gemela Libia-Fotrox Delta que hubiera hecho ver la quinta con mejor ánimo. Pero juro que eso es personal y aunque influya (tengo sangre en las venas) no lo hace tanto para considerar el triunfo de Kuruchet como la peor carrera vista en muchos, muchos años. Me refiero a carreras catalogadas de principales en un programa dominical en España. Quiero ir por partes.
Ni un pero al triunfo de Kuruchet. El caballo mejor presentado y con un aprendiz que es el único que apunta maneras de jockey de estirpe. Incluso tampoco al resbalón de Dansico, al que me pareció ver muy alterado y algo sudado. Además Crocquevieille tampoco se ‘tragó’ nada. No iba el caballo y punto. Aquí hay más culpa en la decisión de no defender el prestigio del caballo por parte de sus representantes que otra cosa. Pero eso ya es algo que compete al propietario, aunque desde el punto de vista de aficionado da algo de pena. Y tampoco diré nada de Iván López que castigó quizás a Eriko y que fue uno de los cinco jockeys (de siete) que tiraron de fusta antes de la recta final. Y es ahí donde quiero llegar. No sé si a Fernando Alvarado se le movió la montura o simplemente no podía sujetar al caballo. Tampoco si a Matias Borrego le duraba el cabrero de no haber ganado con Secretside y lo pagó con Principe, moliéndole a palos en la recta de enfrente o si Guambiano y Sandulces no se habían visto en otra y también recibieron lo suyo, pero el ‘cuadro’ de esta carrera principal a quién esto escribe no se le olvidará nunca. Repito pónganse el video y cada uno que saque su opinión. Quizás la mía, repito también, venga estigmatizada por lo escrito.
Del fallo de Dansico, como ya he dicho, tiene más que ver sus responsables que su jockey o sus rivales. Pero lo mismo se podría decir de Secretside. El otro Saf Saf que fue segundo cuando tenía papeles para arrasar. Aquí apareció un dos años con muy buena pinta Black Dibel, con un jockey de lo mejorcito en carreras de punta a punta como Jarcovsky, que le robó la cartera a Matías Borrego. No tiene suerte el gemelo. Un día que le dan un caballo con verdaderas posibilidades aparece otro y le bate. Hace poco ya le pasó con Cañadio. Dicho esto y como desde casa hay que explicar derrotas. Lo más fácil es ver defectos en la monta. Es injusto pero así es. Y aquí tanto su forma de agarra la fusta (muy baja), su elevada posición en la montura, me resultaron antiestéticas y poco efectivas. Quizá sea un aficionado metiéndome a purista, pero me dio la sensación de que el caballo andaba más cuando no le fustigaba y sólo le empujaba. Aunque, ojo, Black Dibel parece también bueno. Y como en el caso de Dansico aquí hay más culpa de no confirmar favoritismo por parte de quienes están en la tribuna que de quién va encima.
La importancia del jockey en Dos Hermanas quedó manifiesto en la segunda. Gran monta de Crocquevieille a Santoyo, un caballo que a la entrada de la recta parecía batido y que en los últimos cien metros hizo más regates que un controlador aéreo para escaquearse de su trabajo (lo tenía que añadir a mi lista de símiles) y apareció ganador en la foto para desesperación de Fayos que desde antes de la curva final ya empujaba a Luthjet como si estuviera cerca del espejo. Caillou sacó partido a su liviano peso y al ritmo de carrera con un tercer puesto. En esta carrera ya empezó a verse la ventaja de galopar por el interior de la pista. Viveiro (sombrerazo, amigo Warm Blood) ganó como quiso la segunda parte de handicap. Otra carrera, corrida a cuchillo, en la que de nuevo hay que fijarse no sólo en la monta de Marino Gomes sino en la que le dio Jarcovsky a Our Chairman. A mí el argentino me parece un gran jockey y me da que va a ganar más de una carrera este invierno a poco que le den montas.
Quién seguía disfrutando de buenas montas, aún en racha perdedora, era José Luis Borrego. Despues de un ecart de 38 carreras sin ganar rompió esa tendencia con Libia. Siempre muy en carrera dominó en la recta y privó que Fotrox Delta rompiera otro escandaloso ecart de 37 de Marcos Secci. Si ya lo dice el refrán siempre que llueve escampa. O no hay mal que cien años dure. Ni aficionado que lo resista.
Si (
No(
