Una buena excusa para comer bien... y más

Y de la mesa al plato y entre una cosa y otra todo el trabajo, iniciativa y valentía de poner en marcha un nuevo restaurante-bar que tiene nombre de 'disculpa... pero es que me tengo que ir a comer bien' (esto último lo añado yo). Y con la excusa acabas en el primer centro comercial que se construyó en España que, como ustedes adivinarán por la antigüedad, no es, ni por asomo, una de esas enormes moles con franquicias, cadenas y multicines.

En el Zoco de Majadahonda, un pequeño centro situado en la avenida de España, se acomodó hace poco más de medio año La Excusa. De decoración minimalista, muy luminoso -sobre todo en uno de los dos espacios que cuenta con una gran vidriera- y de colores gris y alegre verde chillón, el lugar es camaleónico: es un restaurante coqueto de rica cocina mediterránea y menú del día, con buena música de ambiente; todos los jueves las cenas se maridan con un concierto en directo (sin suplemento por la actuación), lo que no quita que, cuando hay fútbol, se despliegue una pantalla sobre una de las paredes del bar y, si se alarga la noche, se convierte en un local de copas.

Todo es obra de tres amigos: Nacho, Pablo (hermanos los dos) y Kutxo. Los también socios ya trabajaron juntos en esto de la hostelería cuando el espacio que ahora regentan era una cantina tex-mex. El dueño les traspasó el local y lo han convertido en lo que estaban buscando: "nos apetecía este proyecto porque era nuestra excusa para hacer el local que a nosotros siempre nos habría gustado, que es un club social a la vez que un sitio de música en directo, un sitio para formarse y un lugar donde investigar sobre  gastronomía (...) le llamamos la Excusa porque para nosotros era la excusa para ser felices", dice Nacho convencido, aunque con timidez.



A los que sí que hacen felices es a estos parroquianos que, jueves sí jueves también, se acercan a La Excusa para tomar algo o cenar mientras escuchan uno de tantos conciertos. Cada semana el género musical es distinto: jazz, bossa nova, soul, pop, flamenco, fusión... Así hasta doce tipos de música.

Además, organizan pequeñas catas de vino, cerveza, whisky, ginebra y ron, las tres últimas maridadas con un menú hecho a medida. El vino es uno de los fuertes de La Excusa. Cuentan con una carta itinerante: está compuesta por diez vinos fijos y otros tantos que van rotando cada mes para ofrecerle al cliente nuevas bodegas, la mayoría de autor, de viñas españolas y otros lugares del mundo.

En cerveza también despuntan. Además de ofrecer la 'obligatoria' cerveza nacional, dan a conocer otras muchas clases y marcas provenientes de diferentes rincones del globo. Ahora están a la espera de que les llegue una de abadía de Holanda, muy complicada de conseguir.

Hacen cocina mediterránea con productos frescos, de temporada, pero un logrado toque creativo: dados de aguacate rellenos de queso cremoso con semillas de sésamo y reducción de Pedro Ximénez, solomillo de buey a las tres mostazas, rodaballo al cava con carabineros... Los precios son asequibles y las cantidades, razonables.



Para los que, como yo, gustan del 'codo-en-barra' agradecerán el detalle de los colgadores a lo largo del mostrador para dejar el bolso. Además, sepan que aparte de ser agasajados con una tapa con cada consumición (una costumbre que se ha perdido ya en demasiados bares y cafeterías) y un trato muy afable por parte de los camareros y los socios que siempre están al pie del cañón en su negocio, hay ofertas para acompañar la caña, el doble o el triple con un pintxo. Por ejemplo, una caña con pintxo, 2 euros.

Toda la información sobre menús, conciertos y catas se publican diariamente en su web y las redes sociales Facebook y Twitter.

http://restaurantelaexcusa.es/