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Jesús, Néstor y Amadeo

Jesús, Néstor y Amadeo

martes 28 de diciembre de 2010, 00:27h

"Jesús murió en la cruz, fiel a sus convicciones, era un luchador contra el orden establecido. Los que ganamos el pan con el sudor de nuestra frente, los que estamos convencidos de que si no se reparte con equidad sólo habrá injusticia, rescatamos de Jesús el compartir el pan como símbolo rector. El estaría de este lado, con nosotros.", decía en un acto en un barrio de la rionegrina General Roca, poco antes de la Navidad del 83, Amadeo Fernández.

Amadeo nació a principio del Siglo XX, en Argentina, cuando su padre español y marino mercante, pasaba con su mujer embarazada por Buenos Aires y lo tuvo acá. Con apenas una semana regresó a Galicia, donde vivió sus primeros 20 y tras casarse con Julia, se embarcó hacia su tierra natal porque debía "cumplir con el servicio militar". Ya en Argentina, supo que su condición civil, lo dejaba afuera de la colimba.

Llegó en los albores de la década infame y el sufrimiento fue grande. "Años difíciles" siempre recordaba. Hasta que un militar, Juan Perón, comenzó a tallar en el destino de este pueblo.

Peronista de la primera hora y gran admirador de Evita, Amadeo se fue después del 17 de octubre del 45 al entonces Territorio Nacional de Río Negro a darle forma al Partido Laborista y conducir el Sindicato de Oficios Varios.

Las historias de su militancia son numerosas. El gremio y la unidad básica funcionaban en su casa mientras el almacén de la familia que proveía los recursos para la subsistencia era también comedor comunitario. Recorría las chacras en bicicleta para recibir las demandas de los peones rurales y ayudarlos a organizarse. Y tras el golpe de la fusiladora coordinó a los miles de patagónicos que subieron al tren para defender al gobierno popular.

En esa misma Patagonia, pero en Neuquén, Néstor Kirchner señalaba el 25 de junio último que "para consolidar la democracia es muy importante que se escuchen todas las voces y evitar la concentración de medios". Afirmaba esto, ante más de 400 empresarios, ante los que brindó detalles sobre la etapa de desarrollo y crecimiento que vive la Argentina desde mayo de 2003.

Hablaba de una realidad que es ocultada y tergiversada por los medios grandes de información.

Hoy, esa reflexión mantiene plena vigencia. Las ventas por las fiestas se incrementaron en todo el país más de un 20 por ciento, incluso Fedecámaras brindó datos de lugares donde superaron el 30 por ciento respecto al año pasado, mientras algunas señales de noticias televisivas y los diarios de mayor tirada sólo hablan de caos y violencia.

Una es la Argentina real con centros turísticos colmados y reservas que auguran una excelente temporada, otra la que inunda pantallas y tapas con desencuentros e inseguridad.

Hace tiempo que tenemos este desafío como sociedad: democratizar la palabra y la imagen de los argentinos para que podamos acceder a toda la información como método imprescindible para asumir las decisiones colectivas que nos permitan vivir mejor.

En esa línea va la puesta en marcha de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la elaboración de un nuevo mapa de medios.

La pluralidad en la información y la multiplicidad de voces garantizan la democracia. Y sólo con democracia será posible una distribución de la riqueza cada vez más justa y equitativa. Por eso luchaba mi abuelo Amadeo a quien ví quebrarse una sola vez, cuando murió Perón. Aún recuerdo sus ojos húmedos, el dolor dibujado en su rostro y su explicación: "son lágrimas de agradecimiento porque hombres así no mueren nunca". Y, sí, me tocó vivirlo hace apenas dos meses en el hecho político que marcó el año que nos deja.

Ojalá en 2011 logremos seguir construyendo ese país en serio para todos al que Néstor Kirchner dedicó su vida.

Sergio Fernández Novoa
Presidente del Consejo Mundial de Agencias de Noticias y vicepresidente de Télam

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