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Fiesta de Interés Turístico Nacional

La noche de Reyes más mágica es en Santillana del Mar

miércoles 29 de diciembre de 2010, 11:43h

Un año más, Santillana del Mar se prepara para celebrar uno de los actos más populares y tradicionales de la Navidad cántabra, el Auto Sacramental y la Cabalgata de Reyes, declarados Fiesta de Interés Turístico Nacional. Desde hace más de 50 años, los vecinos de la villa se vuelcan en esta representación en la tarde-noche del 5 de enero y que cada año atrae a miles de personas hasta las antiquísimas piedras de este pueblo.

El programa de este año del auto sacramental y la cabalgata es similar al de ediciones anteriores:

Escenas Auto Sacramental

17:30 h Edicto Romano por las calles de la Villa
18.00 h Salida de San José y la Virgen hacia el Portal
18:05 h Encuentro de San José y Elleicer
18:10 h Encuentro de José y María con El Mesonero
18:30 h Inauguración del Belén Viviente
19:00 h Anunciación del Ángel a los pastores
20:00 h Llegada del Emisario Real a la Villa
20:05 h Llegada de S.S.M.M. los Reyes Magos de Oriente a la Villa

Escenas Cabalgata de Reyes

1.Recibimiento del Sr. alcalde a SS.MM los Reyes Magos
2."La Hebrea" solicita a los SS.MM.  los Reyes Magos curación para su hijo
3.Encuentro de S.S.M.M. los Reyes Magos de Oriente con el Rey Herodes
4.Adoración los Reyes Magos al Niño Jesús en el Portal Viviente

Y una vez en Santillana, es obligado perderse entre sus callejuelas y contemplar el legado en piedra que han dejado sus habitantes durante siglos.

Entre casas, iglesias y palacios de Santillana del Mar

Esta villa medieval de empedradas calles está calificada como Conjunto Histórico Artístico y es, desde hace décadas, uno de los centros culturales y turísticos más conocidos de Cantabria.

Desde la Edad Media, Santillana del Mar ha sido uno de los núcleos más importantes de la región, tanto que fue la capital de la Merindad de Asturias de Santillana, una de las merindades que conformaban la actual Cantabria. Aunque la presencia humana en el lugar ya dejó su huella en forma de impronta artística sobre las paredes de la cueva de Altamira, a escasos dos kilómetros del centro del pueblo.

La villa se estructura en torno a varios centros de funciones muy definidas. La Plaza de las Arenas presidida por la Colegiata; la Plaza de Ramón Pelayo, que fue originalmente la plaza del Mercado presidida por las Torres del Merino y de Don Borja, así como la Casa Consistorial y el área de los conventos de Regina Coeli y de San Ildefonso.

Santillana cuenta con un patrimonio arquitectónico extraordinario. Dentro de la arquitectura religiosa destaca la Colegiata de Santa Juliana, en torno a la que se desarrolló la villa. Hacia los siglos VIII y IX se fundó un primer monasterio que acogió las reliquias de Santa Juliana, de donde deriva el nombre de Santillana. Sobre el siglo XI el monasterio se convirtió en colegiata y durante siglos, los distintos linajes de la villa contribuyeron a engrandecerla. La mayor parte del edificio es románico pleno, aunque se perciben añadidos renacentistas y barrocos.
Destaca su claustro, en la parte norte, cuya importancia reside en la iconografía de sus capiteles, que constituye una síntesis de los principales motivos decorativos del románico.

Por lo que se refiere a la arquitectura civil destacan edificios como la Torre de Don Borja, y frente a ella, la torre del Merino, una construcción de carácter defensivo que sirvió de vivienda a los merinos mayores de las Asturias de Santillana, ambos del siglo XV. Del mismo siglo permanece la casa de Leonor de la Vega, madre del Marqués de Santillana, muy cerca de la Colegiata de Santa Juliana, y detrás de ella, se halla la plaza de las Arenas, donde sobresale el Palacio de los Velarde, también del XV. Junto a ellos otras construcciones como la Casa-Palacio de Peredo-Barreda o Palacio de la Marquesa de Benamejís; la de los Villa o la de los Bustamante, todas del XVIII. En este conjunto destacan otras edificaciones como la casa de los Barreda, actualmente edificio del Parador Nacional Gil Blas; o el palacio de los Valdivieso, del siglo XVIII.

Algunos de estos edificios actualmente acogen instituciones de carácter cultural como el Museo Diocesano, la Casa Museo del escultor Jesús Otero, la Fundación Santillana, el Museo de Caja Cantabria o las Casas del Aguila y la Parra que son salas de exposiciones.

Pero el atractivo de este pueblo no sólo está en estos grandes edificios, sino que todo él es una intrincada red de rúas empedradas, a cuyos lados se ubican edificaciones de todo tipo con un alto valor histórico. Este entramado urbanístico es propio de la Edad Media y el Renacimiento, que transportan al paseante a otros tiempos.

A lo largo de todo el año, Santillana del Mar ofrece múltiples propuestas artísticas y culturales en forma de exposiciones permanentes o temporales y actividades de carácter lúdico que suelen tener como referencia el carácter histórico de la villa.
Además, Santillana del Mar es uno de los núcleos turísticos más importantes de Cantabria, de manera que se ha desarrollado una gran oferta alojativa, con establecimientos de distintas categorías, pero casi todos ellos ubicados en antiguos edificios y casas con relevancia histórica.

Museo y Centro de Investigación de Altamira. Cueva de Altamira

Muy cerca del centro de Santillana del Mar se encuentra el complejo museístico de Altamira, que comprende la Neocueva, el Museo y el centro de investigación, y está considerado como el centro europeo más importante en la divulgación prehistórica. Junto a este Complejo, se halla la cueva de Altamira, cuyo arte aparece disperso en toda su longitud, de más de 300 metros, aunque se pueden distinguir varias zonas en forma de salas, en las que los artistas paleolíticos realizaron sus representaciones pictóricas.

Las más conocidas y representativas de Altamira: las pinturas del Gran Techo, más de 30 figuras de bisontes, caballos y ciervos, que destacan por su tamaño y por la calidad de su ejecución. Las figuras están representadas en el techo y pintadas con ocre natural de color rojizo y silueteadas con líneas negras de carbón vegetal. En las figuras de los bisontes son admirables las posturas -encogidos, saltando o simplemente de pie- que demuestran la gran capacidad de expresión pictórica del hombre paleolítico.

La cueva tiene a lo largo de su extensión otras pinturas y grabados más aislados, fundamentalmente, en su parte más profunda.

Desde su inauguración en julio de 2001, el Museo Altamira situado junto a la cueva de Altamira, se ha convertido en uno de los referentes artísticos y turísticos más importantes de Cantabria. El Museo, integrado dentro de la red de Museos Nacionales, fue diseñado por Navarro Baldeweg se encuentra una exposición permanente “Los tiempos de Altamira” que en sus diferentes secciones se adentra en la Prehistoria peninsular. Además, este museo cuenta con una reproducción fidedigna de la cueva de Altamira, una cuidada reconstrucción ambiental que recrea el entorno de la Cueva durante el Paleolítico Superior y que constituye un elemento didáctico de gran importancia.

Como parte de la actividad del museo, se programan distintos talleres sobre la prehistoria y sus formas de vida, se trata de actividades muy didácticas dirigidas a los más pequeños en los que les enseñan algunas de las técnicas básicas.

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