El secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, no parece estar muy al tanto de lo que ocurre en su partido. O no quiere enterarse para evitar más problemas. Sus últimas declaraciones afirmando que Pepe Griñán está consolidando su liderazgo en Andalucía y cada día es más valorado, se encuentran bastante alejadas de la realidad. Por extraño que parezca, y aunque nadie se atreva de momento a abrir la boca, en varias agrupaciones provinciales socialistas se está planteando forzar primarias para comprobar si Griñán es el mejor candidato para las elecciones autonómicas del 2012. Desde Madrid, Gaspar Zarrías está moviendo sus hilos para poner las suficientes piedrecitas en el camino de Griñán a la renovación de la Presidencia de la Junta. Agrupaciones como Jaén o Almería y en buena parte las de Cádiz y Sevilla comienzan a moverse después de las últimas encuestas. Treinta años al frente de la Junta son demasiados años como para perderlos de un plumazo por la incompetencia de la nueva Ejecutiva Regional. Y, quiérase o no, la vieja guardia sigue viendo a Griñán como un advenedizo que se ha cargado de golpe toda la infraestructura organizativa que tanto le costó montar a Chaves, Zarrías y Pizarro y que tan buenos resultados les ha dado en los últimos años.
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