Prevenir antes que alarmar

El ataque de la influenza no es nuevo para los ecuatorianos. Ya se ha dado en anteriores temporadas invernales y se lo ha sabido manejar de una manera profesional por parte de las autoridades de salud y la red sanitaria, que ya está en alerta para atender los casos que se presenten.

En tres hospitales de la capital se ha detectado recientemente el virus AH1N1 en 35 pacientes, de un total de 467 que fueron sometidos a los exámenes respectivos. Lo que demuestra que la cifra está dentro de los parámetros aceptables.

Sin embargo, los medios de comunicación han alarmado a la población  al difundir la noticia de ocho muertes atribuidas al virus AH1N1, lo que ha sido descartado por el propio Ministro de Salud debido a que en ninguno de estos casos se ha confirmado otra causa que no sea por infecciones respiratorias agudas. Ha  anunciado, además, una campaña de vacunación para los grupos vulnerables de la población.

La realidad es inocultable y no es menos cierto que las condiciones sanitarias del hábitat de la mayoría de ecuatorianos no son las propicias para estar exentos de las epidemias invernales, por ello, ante estos brotes de la influenza de variados tipos, incluido el mortal AH1N1, es importante que la ciudadanía también adopte medidas de prevención para  evitar el contagio.

Y aquí juega un papel preponderante el conjunto de actores de la salud, desde las instancias del Gobierno central, con toda su red  sanitaria; los gobiernos seccionales, con su aporte en prevención de focos infecciosos; las farmacias, que no deben vender antigripales sin prescripción médica; y los medios de comunicación, que son la línea directa e inmediata para proveer a la ciudadanía información de medidas y métodos preventivos de salud.

Esto no es utópico, es real y consistente en que es mejor prevenir que alarmar.

Todos juntos, en trabajo coordinado, podemos conseguir importantes resultados que eviten muertes por causa del letal AH1N1.