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Rubalcaba, la gran 'esperanza blanca' del PSOE

Rubalcaba, la gran 'esperanza blanca' del PSOE

miércoles 19 de enero de 2011, 19:42h

Se ha convertido en el ‘hombre orquesta’ del Gobierno, el que todo lo abarca tras sobrevivir en política cerca de tres décadas. Las encuestas le señalan ahora como el único dirigente que puede salvar de la debacle al PSOE en 2012 si Zapatero no vuelve a presentarse, una incógnita que el líder socialista no piensa desvelar hasta finales de año. Conozca al líder más valorado, temido y admirado del PSOE.

Es el político más versátil de la historia de nuestra democracia. Ha logrado sobrevivir a todos Gobiernos socialistas, flotando como un corcho en las peores crisis. Su capacidad de trabajo y su disposición a cargar sobre sus hombros ‘lo que le echen’ es tal que se ha convertido en el ‘hombre orquesta’ de Zapatero, el que toca todos los ‘palos’ de un Gobierno del que es vicepresidente primero, portavoz y ministro del Interior, un poder que ningún otro político ha tenido nunca. Después cerca de tres décadas en primera línea política, y cuando está a punto de cumplir 60 años, Rubalcaba, para no defraudar a su público, emerge en todas las encuestas como el único dirigente que, si Zapatero decide retirarse, puede salvar al PSOE de una anunciada debacle electoral en marzo de 2012.  "Sé que estoy corriendo los últimos metros", dijo en diciembre, pero a renglón seguido añadió, "otra cosa distinta es que te toque seguir...".

A Felipe González le llamaban el “encantador de serpientes” por su poder de seducción y su indiscutible carisma. El propio Zapatero pasará a la historia por su ‘talante’ y su "optimismo antropológico", dos cualidades bastante depauperadas por el desgaste sufrido en estos años de dura crisis. Pero Alfredo Pérez Rubalcaba ha superado todos los límites. Su acerada oratoria, su indiscutible encanto personal, unido a su increíble capacidad de trabajo y su ‘lealtad’ al partido y al ‘jefe’ de turno, le han convertido en un dirigente imprescindible, como demuestra su amplia trayectoria política, digna de colocarla en un marco. 

Campeón de atletismo

Su biografía desvela que es hijo de un aviador del bando nacional, convertido después en piloto de Iberia, y nieto de un republicano. Quizá por ello ha sabido jugar siempre en todos los bandos, dentro de su propia partido, claro, al que ha representado como diputado por Toledo, por Madrid, por Cantabria, y por Cádiz. Aunque nació en Solares (Santander), la familia vivió en Madrid en donde Rubalcaba cursó sus estudios en el Colegio del Pilar, al igual que otros conocidos políticos, muchos de ellos del PP. Se licenció en Ciencias Químicas en la Universidad Complutense, etapa en la que practicó el atletismo, un deporte en que también despuntó llegando a convertirse en campeón universitario de los 100 metros lisos. Rubalcaba guarda ahora sus medallas como una reliquia para no olvidar de que la velocidad es su pasión y que hay que intentar llegar siempre a la meta que te propones. Está casado pero no tiene hijos.

Con 23 años ingresó en el PSOE, en la convulsa Federación Socialista madrileña compartiendo aquellos primeros años con Javier Solana, Joaquín Almunia, Joaquín Leguina, o José Barrionuevo. Inició su vertiginosa carrera política en 1982, en el primer Gobierno de Felipe González, trabajando entre bambalinas en el área de educación y universidades, lo que le llevó a ser nombrado en 1988 secretario de Estado de Educación y, posteriormente, ministro de Educación y Ciencia, cargo que ocupó entre 1992 y 1993. Precisamente dejó esa cartera para ascender a ministro de la Presidencia y de Relaciones con las Cortes, además de Portavoz del Ejecutivo. Su habilidad para explicar lo inexplicable la demostró al tener que dar la cara por la negra etapa de los GAL -cuyas acciones tuvieron lugar en la década de los ochenta-, que terminó sentando en el banquillo a la cúpula de Interior a cuyo frente estaba por aquella época José Barrionuevo. Por entonces Rubalcaba era ya un dirigente muy influyente y casi imprescindible tanto dentro del partido como en el Gobierno. 

Cargos con Almunia

En 1996, tras la derrota electoral de González y la elección de Joaquín Almunia como nuevo secretario general del PSOE, Rubalcaba se mantiene en la Ejecutiva del partido como secretario de Comunicación jugando un destacado papel como interlocutor con el gobierno del PP -que presidía José María Aznar- a raíz de la tregua decretada por ETA en 1999, que como todas hasta ahora, supuso un fracaso. Un año después,  presidió la delegación del PSOE que firmó con el PP el Pacto Antiterrorista.

La dimisión de Almunia tampoco frenó su carrera política. Ni tampoco su clara apuesta por José Bono en las primarias de aquel histórico y reñido 35º Congreso socialista en el que salió elegido nuevo secretario general del partido José Luis Rodríguez Zapatero. Todo lo contrario. El nuevo líder confió en él y le puso al frente del Comité Electoral que preparó la estrategia de campaña de las generales de 2004. 

El brutal atentado terrorista tres días antes de las elecciones y el empecinamiento del PP en atribuir su autoría a ETA dieron a Rubalcaba nuevamente un gran, aunque triste, protagonismo. Pocos olvidan aquella lapidaria frase que pronunció solemnemente en la sede PSOE: "Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta".  El 14 de marzo de ese año, contra todo pronóstico, Zapatero ganó a un desconcertado Mariano Rajoy.

Zapatero le encumbra

Instalado de nuevo en el poder, la estrella de Rubalcaba sigue brillando cada vez con mayor fuerza. Zapatero le nombra portavoz parlamentario del PSOE, cargo en el que destaca por su habilidad para negociar leyes y atraerse el voto de los demás grupos de la Cámara dejando aislado al PP. En abril de 2006 el presidente decide ponerle al frente del Ministerio del Interior en sustitución de José Antonio Alonso. ETA acababa de anunciar una tregua y Zapatero quería que un dirigente con la experiencia de Rubalcaba asumiera el desafío y pilotara el proceso de paz y el ansiado final de la banda terrorista. Pero el brutal atentado de la T-4 en diciembre de ese mismo año puso fin al espejismo. 

Sin embargó, para contrariedad del PP y de Rajoy – que vive una de sus peores crisis-  Zapatero vuelve a ganar las elecciones generales de 2008. Rubalcaba continúa ocupando la cartera de Interior sobreviviendo a todas las remodelaciones de Gobierno que ejecuta el presidente, ya acuciado por la crisis económica que no vio venir a tiempo y que incluso negó repetidamente, pese a tenerla encima.

El político mejor valorado

Poco a poco el PSOE empieza a perder fuelle y los errores y vaivenes del Gobierno aceleran el declive de Zapatero cuya dimisión reclama el PP mientras en el PSOE se abre con toda crudeza el debate sobre su sucesión que desde Ferraz intentan acallar a la deseperada. 

Para frenar la polémica abierta Zapatero da un golpe de efecto y en octubre del año pasado hace una profunda remodelación de su Gobierno, dejando caer a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, que deja el Gobierno dolida. Rubalcaba de nuevo sale reforzado de la crisis y se convierte en vicepresidente, y portavoz del Ejecutivo, además de mantener la cartera de Interior. Todas las encuestas le señalan como el ministro mejor valorado y el único que podría ganar las elecciones a Mariano Rajoy en 2012. 

Ahora, mientras el Gobierno está en pleno debate sobre la reforma de la edad de jubilación, y él está apunto de cumplir sesenta años – los hará en julio- Rubalcaba asegura que lleva tiempo pensando en retirarse de la política activa. “Sé que estoy corriendo los últimos metros”, afirmó en una entrevista en Radio Nacional a mediados del pasado mes de diciembre. Pero a renglón seguido añadió: “otra cosa distinta es que te toque seguir”. Y quizá no se equivoque. El tiempo lo dirá.

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