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Cura de balneario

Cura de balneario

viernes 08 de junio de 2007, 21:46h

Acertadamente, como siempre, Ángela Merkel en su condición de Presidenta del G-8 y de Canciller de Alemania, no olvidemos que hasta el 1 de julio es también Presidenta del Consejo de la Unión Europea, escogió un balneario para llevarse con ella a los dirigentes del club de los 7 países más industrializados, ricos e influyentes del planeta, más Rusia, ocho Estados que se reúnen una vez al año en lo que se llama “Cumbre del G-8” y en la que acuerdan, si bien sin poder decisorio, las líneas de actuación política, económica y social del mundo conocido. La foto de la imagen que nos llega es por lo demás reveladora, una especie de largo asiento de playa con un fondo de rallas como los balnearios antiguos, recubierto con un toldillo en cuyo frente aparecen las banderas de los 9 grandes, porque a ellos se les une Durao Barroso, el Presidente del Ejecutivo europeo.

El balneario de Heiligendamm a pocos kilómetros de Rostock, en lo que fue la Alemania oriental de la que procede la Canciller Merkel, fue construido por el Duque Federico Francisco I en septiembre de 1793, quien puso allí su residencia de verano, y al realizar su primera ampliación el arquitecto Theodor Severin colocó la siguiente frase “Heic te latetitia invitat post balnea sanun” que viene a significar “la felicidad te espera cuando emerjas saludable tras el baño”. Efectivamente les hacia falta porque la tensión entre Rusia y los Estados Unidos era evidente y por demás el Presidente Bush llegaba con una indisposición gástrica que le impidió estar presente en la reunión del primer día aunque, eso si, se reunió largamente en su estancia con el nuevo Presidente francés Nicolás Sarkozy a quien parece distinguirle con un cierto afecto y de quien probablemente tomó el convencimiento de que no podía seguir dejando a un lado la lucha contra el cambio climático. A los poderosos del G-8 se les uniría posteriormente los poderosos del G-5, los dirigentes de México, Brasil, India, China y Sudáfrica.

Así que el balneario báltico magníficamente reformado por la cadena hotelera Kempinski se convirtió en un fortín inexpugnable con 16.000 agentes y un muro de seguridad de 12 kilómetros de largo y de 2,5 de altura y 50 centímetros de profundidad, que ha costado 12 millones de euros, con sensores y cámaras que pudieran hacer frente si fuera necesario a los miles de participantes de las 300 organizaciones ecologistas, humanistas y de izquierdas que acudieron a Rostock al calor de un festival de pop, canción protesta y música étnica bajo el titulo “Tu voz contra la pobreza” paralelamente organizado por Bono de U2, Bob Geldorf Herbert Grönemeyer, Big Noise de Mozambique, Leo Muntú de Zambia, Bassekou Kouyate de Mali y Bangla de Bangladesh.

Pero las voces de los activistas radicales ni la música étnica no llegaban hasta el superprotegido balneario, en cuyo interior almorzaban los lideres mundiales en el Kurhaus Restaurant atendidos por 40 cocineros y al frente el chef Tillmann Hahn, una estrella Michelin, a su cargo los cuidadosos platos seleccionados por la organización alemana quizá personalmente por la propia Canciller, corderos de la región, pescados de la costa, vino blanco, alemán claro está, y flores en la habitaciones. Gracias a estas jornadas se sabe que a Ángela Merkel no le gustan las flores amarillas, que al Primer Ministro japonés le gustan las flores rojas y que algún mandatario poderoso no quiere flores porque es alérgico. Pero Ángela Merkel no se conformaba con una recepción muy cuidada, quería éxitos, quería conseguir un documento porque es mujer que se propone y obtiene objetivos concretos, y eso ya lo demostró el pasado marzo cuando pese a las dificultades obtuvo una descafeinada Declaración de Berlín, pero con una conclusión importante, habrá hoja de ruta para el Consejo Europeo de junio y habrá Tratado Constitucional para 2009.

En efecto se consiguió un documento en materia de cambio climático, el primer texto que acepta el Presidente americano y que recoge el compromiso de reducir al 50% las emisiones CO2 en el horizonte del 2050, y algo más, que el foro para esta realización será la ONU. También se acordó iniciar un “dialogo estructurado” con los referidos los países emergentes que integran el G-5. Entre los demás acuerdos se encuentra la protección contra la piratería de marcas registradas, un mayor control de los Hedge Funds por parte de Bancos y entidades financieras, pedir libertad de inversiones a los países emergentes y luchar contra la corrupción. Ángela Merkel leyó personalmente el acuerdo alcanzado en materia de lucha contra el cambio climático y antes de reunirse con los 7 países africanos, Egipto, Argelia, Nigeria, Sudáfrica, Ghana y Etiopia, el G-8 llegó al acuerdo de conceder un nuevo Programa de Ayuda para África por valor de 60.000 millones de dólares para contribuir a la lucha contra el sida, la tuberculosis, y la malaria, programa basado en una iniciativa presentada la semana pasada por el Presidente Bush y de cuya mitad de esta cuantía se harán cargo los Estados Unidos.

Evidentemente esta Cumbre habrá decepcionado a muchos, pero no cabe duda que ha supuesto un importante encuentro que además ha rebajado la tensión internacional pues parece haberse producido una cordialísima actitud entre el Presidente Ruso y el Presidente americano cuando apenas hace unos días la amenaza de una nueva tensión bipolar ocupaba las primeras páginas de la prensa mundial. Así que según se sabe se llamaban por su nombre, Vladimir y George, se dieron palmadas en la espalda y acordaron verse el próximo mes de julio en una cita a fecha fija en la finca de la familia Bush en el estado de Maine. Lo más importante, Putin había ofrecido a Bush construir conjuntamente un escudo antimisiles utilizando la estructura defensiva de los rusos dando a entender que los enemigos estaban fuera de Europa. Los truenos, si los hay, se escucharán en otra parte.

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