Profetas del desastre

Jaime Roldós Aguilera, el primer Presidente Constitucional de la República -luego del retiro de los militares a sus cuarteles en 1979-  los calificó de “patriarcas de la componenda”. Quienes se hicieron merecedores a semejante  título fueron los representantes de la vieja partidocracia, dirigidos en 1980 por Asaad Bucaram durante la llamada pugna de poderes, cuando consolidaron una mayoría ilegítima que se repartió el poder judicial tratando de bloquear las iniciativas del Mandatario, y se apoyaron en el nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) que tenía como segundo de a bordo a Rafael Arízaga Vega, quien denunció un supuesto fraude en favor del binomio Roldós-Hurtado. 

Tres décadas después, los que quedan de aquellos que tenían esa perversa costumbre de manejar los hilos del control político -los escombros, porque difícilmente podrán levantarse como Lázaro o reconstruirse desde sus cenizas- han constituido un foro llamado Cauce Democrático, para intentar redireccionar la respuesta a la Consulta Popular. El Primer Mandatario, sin agitarse y muerto de la risa, los ha llamado “banda de dinosaurios de la partidocracia”, y ha personalizado a los ex presidentes del Congreso Guillermo Landázuri y Wilfrido Lucero, y al ex ministro de Finanzas Pablo Better, como culpables de la crisis bancaria de 1999. 


El manifiesto de estos profetas del desastre, en efecto, expresa su preocupación por la situación de la democracia en Ecuador y se ofrece, desinteresadamente, a construir un espacio de reflexión para estudiar las reales intenciones gubernamentales de ampliar el control del sistema de justicia y atentar contra las libertades ciudadanas. Pero a quienes nos gusta y apasiona la música, “Razón de vivir”, una de las canciones emblemáticas del argentino Víctor Heredia,  uno de sus versos nos permite repensar en un joven político -Jefe de Estado, por más señas- que se siente “vivo en medio de tantos muertos” e igual número de cadáveres insepultos, con el perdón del ex presidente Osvaldo Hurtado, quien se ganó con sobrados méritos este título durante un episodio pasado en que le dio por dejar temporalmente el ataúd.