Proporcionalmente, casi sería más caro el anuncio que el gasto que supone la acción que se publicita
Este jueves, ha aparecido en diversos diarios catalanes un anuncio a página entera referido al 1 por ciento Cultural, una iniciativa del ministerio de Fomento para contribuir a la preservación del patrimonio. Como se explica, el porcentaje viene sufragado por los contratos de obras públicas.
El problema es que un anuncio de estas características, a todo color, tiene un elevadísimo precio que, incluso, diríase que no se corresponde proporcionalmente con la causa que se publicita. En definitiva, casi es más costosa la difusión de la iniciativa que la noticia que la realización de la misma. Es decir, no es lo mismo publicitar una infraestructura de servicio generalizado -léase, por ejemplo, una conexión europea del AVE- que la inversión en cuestiones que tendrán una repercusión mucho más minoritaria. Como, por ejemplo, la contribución al Museo Arqueológico de l'Esquerda, en Roda de Ter (muestra que utiliza el susodicho anuncio).
"Acortamos distancias. Acercamos personas", versa el eslogan. Tal vez lo primero se dé: lo segundo, si el ministerio de Fomento se refiere a sí mismo, habría que ponerlo en duda. Más bien, actitudes como esta son las que contribuyen a la tan cacareada desafección.