El hurón: Y Paco cogió su fusil

Mira, Gumer, uno tiene amigos de todos los colores. A la derecha, los fachas; a la izquierda, los rojos. Yo que, como bien sabes peino canas, he podido sentir estas sensaciones multicolores. Rojo cuando el general Franco se dedicaba a cerrar periódicos (2) en los que trabajaba y azul si me ganaba la vida en otra trinchera periodística. Llevamos, puta manía, toda la vida etiquetando al personal.

-¿Y qué pretendes contarme con todo esto? pregunta el hurón.
  
Es una bonita historia, verás. Mi amigo Paco ‘El Rojo’, un buen día hizo las maletas y se decidió ir a las guerras. Afiló su alcachofa y su bolígrafo, dispuesto a ver de cerca las caras de la muerte. Como escribió Hemingway, ‘he aquí un soldado en plena guerra. Primero es valiente porque cree que nada le ha de suceder, que él no es como los otros, que tiene una virtud especial y una media certidumbre de que no le han de tocar’ Así es este vallisoletano, llamado Paco Forjas, entrañable vecino en esta galería crítica de escribientes, al que sus colegas (no todos), año tras año, le niegan el Premio Cossío. Es la única batalla que ha perdido porque, como bien se sabe, es muy jodido ser profeta en tu propia tierra. Las demás, en los bandos personal y profesional, las ha ganado todas por goleada.
  
A Paco, cariñosamente, le llamo siempre ‘Rojo’ y él me devuelve el piropo llamándome ‘Facha’.  Compartimos muchas cosas. Las sustanciales, todas. Le envidio su coraje profesional  y su presencia, desde hace un puñado de años, en cuanta guerra estalla en Oriente Próximo. Estos días le gusta ver en primera línea los fuegos artificiales en el Egipto de Mubarak, respirar el olor a pólvora y pasear con una máscara antigas entre los carros de combate. Desde allí, hora a hora, retrata el escenario bélico a los oyentes de Radio Nacional de España.

- ¿Y dices que le envidias?, me pregunta Gumer.

-Pues sí. Profesionalmente está donde le gustaría estar a cualquier periodista que se precie. Es, desde luego, un tipo corajudo, que sabe paladear el profundo sabor de la pelea. Un hombre que moldea la noticia, elevándola a la categoría de arte.

-Será porque la guerra, como dijo Napoleón, es para el hombre un estado natural.

-No me jorobes, Gumer, ¿de dónde has sacado eso?

-Pues, ya ves, jefe, uno que tiene buen olfato.

Paco, como les comentaba, está en permanente alerta, navegando en una Mar que le proporciona el sosiego necesario. Para las tempestades del oficio guarda su chaleco antibalas, porque los proyectiles, a veces, proceden del llamado campo amigo. Ya lo decía don Pío (Cabanillas): cuerpo a tierra, que vienen los nuestros. Él, con su fusil de papel, dispara noticias que traspasan las ondas.

-¡Vaya peloteo,  jefe, casi como el de don José (Blanco) a Zapatero!

-No te pases Gumer. A este izquierdoso le agradezco en el alma su amistad, porque seguro que no piensa nombrarme ministro cuando sea presidente del gobierno. Claro que,  de este tío, todo se puede esperar.

Félix Lázaro. Periodista.
 
Las notas de Gumer.-El Jefe me ha dejado estas líneas. Asumo la responsabilidad y paso al ataque:

1.-Óscar López. Este tipo tiene una fábrica de titulares: “Si Perico Delgado pudo con el Tour yo podré con la Junta”. Y más: “si algo falta en este momento son ideas”.Más razón que un santo.
 
2.-Miguel Alejo. “Hay menos parados y más contratos indefinidos” Y unos días después, la cruda realidad: Castilla y León supera por primera vez los 200.000 inscritos en el paro. En boca cerrada, ya se sabe, no entran moscas.

3.-Alfonso Mañueco. El secretario general de los populares recrimina al PSOE “su preocupación por la imagen de ZP” ¿Pretendía tal vez que lo hicieran por la de Juan Vicente Herrera? Larra dijo: “Bienaventurados los que no hablan, porque ellos se entienden”