Dueño de Ferrari de Lennon se arrepiente de subastarlo

Un Ferrari 330 Coupé azul claro de 1965 que perteneció al ex Beatle John Lennon y que se convirtió en el primer coche que adquirió el músico de Liverpool, fue retirado de la primera gran subasta de coches de colección que albergará mañana el Grand Palais de París.

El propietario anónimo del vehículo se retractó a última hora del jueves y solicitó a la casa de subastas Bonhams que suprimiese el vehículo del catálogo, en el que estaba inscrito con un precio estimado de venta de entre 120 euros (163 mil 537 dólares) y 160 mil euros (218 mil 134 dólares).

El Ferrari fue el primer coche de Lennon tras sacarse su permiso de conducir en 1965, un acontecimiento que acaparó las portadas de los diarios británicos de la época.

A pesar de la notoria ausencia del artículo estrella de la venta, el director internacional de la casa de subastas Bonhams, Philip Kantor, comentó que espera que la jornada de mañana se salde con la adjudicación de entre un 75 y un 85 por ciento de los vehículos ofertados.

El coche que parte con un precio estimado más elevado es un Alfa Romeo Spyder Zagato rojo, valorado en 1.250 mil euros (1.703 mil 682 dólares), que compitió en las Mille Miglia (Mil millas) en 1930, una de la carreras automovilísticas más célebres del mundo que se celebró en Italia hasta 1957.

El conjunto del lote tiene un valor estimado de entre 13 y 18 millones de euros (17,7 y 24,5 millones de dólares) y cuenta también, entre otros, con el Aston Martin burdeos de 1955 que perteneció al rey Balduino de Bélgica, o un Alfa Romeo blanco que pasó por las manos de los pilotos de carrera italianos Giuseppe Campari y Raffaele Cecchini.

La subasta, un acontecimiento que no es habitual en el programa del Grand Palais, se celebra dos años después de la de la colección de obras de Arte de Yves Saint Laurent y Pierre Bergé, que logró una cifra de venta de más de 370 millones de euros.

Además, la venta se inscribe dentro del 110º aniversario de la primera exposición automovilística de París, que también tuvo lugar en la gigantesca nave acristalada del Grand Palais, en 1901,

La casa de subastas, que se proclama la tercera en el mundo por volumen de negocio, expresó su deseo de convertir la venta del Grand Palais en un evento de carácter anual.