Cumbre entre Chile y Perú

El objetivo último de la cita presidencial de la Comunidad Andina (CAN) es iniciar las negociaciones con la Unión Europea para un acuerdo comercial y de cooperación, pero los asuntos bilaterales podrían tener un espacio importante en la agenda.

Así, las disputas entre Santiago y Lima serán un plato fuerte en la mesa de los comensales andinos, o al menos así lo intuye el presidente peruano, Alan García, quien cree que Tarija es un escenario propicio para hablar con su homóloga chilena, Michelle Bachelet.

Cuando García alcanzó el poder, en julio de 2006, se propuso un acercamiento a Chile, lo que se manifestó en la simbólica asistencia de Bachelet a los actos de celebración de la independencia de Perú.

Pero el contencioso territorial se ha avivado después de que el ministro de Relaciones Exteriores peruano, José Antonio García Belaúnde, presentó el mes pasado ante las Naciones Unidas la Ley de Líneas de Base del Dominio Marítimo, aprobada por el Congreso en 2005 y que Chile rechaza.

Para Chile, que también dispone de sus líneas de base, los límites marítimos están zanjados con tratados suscritos en la década de 1950, que en opinión de Perú son sólo acuerdos pesqueros.

Chile fija su frontera marítima en el paralelo y argumenta que el límite territorial no está a orillas del mar, sino en el denominado Hito 1, unos 220 metros tierra adentro hacia el noreste.

Para Perú, el trazo no es paralelo sino equidistante, ya que si se aplica la versión chilena pierde parte del mar territorial frente a la región de Tacna.

Además de dirigirse a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el gobierno peruano presentó una carta de protesta a Chile, al considerar que esa nación intenta confundir la delimitación marítima con la terrestre ante la opinión pública.

El ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alejandro Foxley, respondió tajante que su país no tiene asuntos pendientes limítrofes con Perú, mientras que el portavoz de la Presidencia, Ricardo Lagos Weber, mostró su malestar por el tono de las críticas formuladas por García Belaúnde a través de la prensa.

"Nosotros hemos sido extremadamente cautos y muy juiciosos a la hora de emitir opinión y a la hora de actuar", aseveró Lagos Weber.

Asimismo, el gobierno de Ecuador, por voz de su ministra de Exteriores, María Fernanda Espinosa, reafirmó en mayo pasado su postura común con Chile frente a la vigencia de los tratados de 1952 y 1954 que fijan sus fronteras marítimas con Perú.

Mientras tanto y para alimentar las rebuscadas relaciones entre Perú y Chile, ambos aguardan con expectación la eventual extradición de Fujimori, que si bien ambos gobiernos consideran que se trata de un tema estrictamente judicial, a nadie se le escapa el peso político del caso.

La fiscal chilena Mónica Maldonado recomendó la semana pasada la extradición del ex gobernante peruano Fujimori (1990-2000) por varios delitos de lesa humanidad y corrupción.

Ahora el magistrado de la Corte Suprema de ese país, Orlando Álvarez, debe fallar, en primera instancia, sobre la extradición de Fujimori, quien se encuentra bajo arresto domiciliario en Santiago a petición del Estado peruano.

Su hija, la congresista Keiko Fujimori, ha advertido que la hipotética extradición de su padre crearía inestabilidad al gobierno de Alan García, lo que el mandatario niega rotundamente.

Si se celebra el esperado encuentro presidencial, es más que probable que lo que discutan Bachelet y García en el ámbito privado, no trascienda a los medios de comunicación.