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Sobre el Medio Oriente

Sobre el Medio Oriente

viernes 18 de febrero de 2011, 16:08h

Túnez y Egipto abren una nueva etapa para la primera gran democracia en esa región

El Medio Oriente, situado entre Europa, Asia y África emerge como noción geopolítica durante la Segunda Guerra Mundial. Designa una región cuyos límites varían. Para los británicos entre el imperio de las indias y los países del Magreb. Comprende el arco de países desde Pakistán hasta Mauritania; hay dos orientes, el próximo con los Estados del Mediterráneo Oriental y el Oriente Medio con Egipto, Península Arábiga, Irán, Irak y Jordania.

Por la variable del petróleo y la variable religiosa, este conjunto de países es fundamental en la geopolítica del siglo XXI. Cuentan con una población de casi 400 millones de habitantes y 15 Estados, además del futuro Estado Palestino. Expresan diferentes realidades: en el centro, los Estados petroleros como Irak y la Península Arábiga; al este, la realidad persa con la trascendencia que representa Irán; al oeste, el centro simbólico de las religiones y culturas en países como Siria, Líbano, Israel y Palestina; también se incluye en el Medio Oriente el denominado Magreb, en el norte de África con Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez. El Islam como religión ha sido un elemento unificador, con sus culturas: árabes al oeste, iraníes al este y la excepción turca. El Islam chiíta es minoría, pero gobierna a Irán y a Irak, con dos versiones distintas: la teocrática en Teherán y la laica en Bagdad, muy importante en el Líbano con la presencia de Hezbolá y con diferentes expresiones en los Estados árabes.

Mientras que casi todos los gobiernos son sunitas, presenta la especificidad Arabia Saudita con el fundamentalismo wahabita, cuya expresión radical en Egipto son los Estados musulmanes. Con la Revolución Iraní y la caída del Sha, Teherán se ha convertido en un nuevo centro de expansión de la Revolución Chiíta, ahondando la división con el mundo árabe-musulmán, expresión de esto fue la Guerra Irán-Irak, donde los gobiernos árabes y el Occidente apoyaron a Saddam Hussein, para frenar la Revolución Islámica de Irán. Los cristianos son minoría, los judíos, inexistentes, aun cuando existe una expresión cristiana en el Líbano, Siria, Irak, Irán y sobre todo en Egipto con los coptos, esto constituye un muy importante factor intelectual, y trabajaron con los musulmanes en el derrocamiento de Hosni Mubarak.

En Egipto y en Túnez difícilmente permitirá el ascenso al poder del fundamentalismo islámico sunita, jóvenes y mujeres prefieren una sociedad laica separando religión y política. En Irán la primavera democrática fue corta por la toma del poder de los ayatolas, los discursos en las mezquitas y la actitud antinorteamericana y antioccidental que se expresó en la toma de la embajada estadounidense en ese país. En El Cairo y Túnez los clérigos se han mantenido al margen como también la discreta la fraternidad musulmana, no se ha atacado ninguna embajada occidental y el discurso político es por la democracia, mayor libertad y justicia.

En el Medio Oriente a diferencia de las dictaduras comunistas que desaparecieron por la caída del Muro de Berlín, o con las dictaduras militares de América Latina, los pueblos no han conocido la vida democrática y participativa con la necesaria alternabilidad por la inexistencia de partidos políticos y el sentido autoritario y mesiánico de sus líderes. En Túnez, un militar golpista, Ben Alí, quería perpetuarse en el poder después de 23 años; en Egipto otro militar dejó de un lado la Constitución para permanecer 30 años en el poder; en Libia, 42 años tiene Gadafi como líder único con su extraño socialismo donde mezcla marxismo con Islam y donde toda la verdad está expresada en el Libro Verde. Igual situación presentan las monarquías tradicionales como las de Jordania y Marruecos, donde se han sentido las protestas multitudinarias.

Esta zona, durante 500 años ocupada por el Imperio otomano, se convirtió, después de la caída del Imperio turco en un reparto geográfico y político para las potencias occidentales, Inglaterra y Francia y posteriormente la impronta estadounidense. Estas potencias actuaron más en función de sus intereses y por el recurso estratégico del petróleo que promover sociedades justas, facilitar gobiernos dictatoriales.

El Medio Oriente es un polvorín, tanto por la variable religiosa y cultural como por el petróleo. Sigue presente el conflicto entre Israel y Palestina, el problema kurdo, las rivalidades entre los Estados árabes, y las de éstos con Irán, las confrontaciones entre los grupos religiosos y laicos, entre sunitas y chiítas, y más recientemente la ocupación y Guerra de Irak como el conflicto de Afganistán. Túnez y Egipto abren una nueva etapa para la primera gran democracia en esa región.

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@jcesarpineda

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