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Grandes rutas y paisajes

Por los infinitos caminos de Cantabria (IV)

lunes 07 de marzo de 2011, 17:18h

Cantabria cuenta en su territorio con diez cuevas con arte paleolítico declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se pone así de manifiesto la riqueza arqueológica de la Comunidad es la que más yacimientos prehistóricos alberga.

Estas cuevas conforman una red de una decena de cavidades de alto valor a nivel mundial en Cantabria. Un valor añadido de las cuevas prehistóricas de Cantabria y uno de sus principales atractivos es que muchas de ellas son visitables y permiten al visitante disfrutar de la aventura arqueológica en vivo y en directo.

Chufín, un paseo por el arte prehistórico

En un paraje singular del Valle del Nansa, en un acantilado del embalse de la Palombera, se abre la cueva de Chufín. La cavidad tiene una boca amplia y un vestíbulo espacioso que da paso a una galería ancha y baja. En el fondo de la cueva hay una sala amplia donde se forma un curioso lago interior.
Por las excavaciones realizadas en el vestíbulo se sabe que la cueva fue ocupada, al menos, durante el Solutrense Superior (hace 17.500 años). Las representaciones artísticas de la cueva, sin embargo, son de diferentes momentos, algunas bastante anteriores, hasta de hace 25.0000 años.

El arte de Chufín se puede dividir en dos grandes conjuntos: las representaciones del vestíbulo y las del interior de la cueva. En el vestíbulo, aparecen paneles con grabados de trazo profundo. En el más interesante de los paneles  aparecen grabados que representan un bisonte y varias ciervas. Además hay peces, signos, etc. En la sala interior, las figuras se distribuyen por ambas paredes y hay tanto pinturas como grabados. En la pared derecha hay un “macarrón” abstracto, el grabado de una zancuda y un gran panel de pinturas rojas, con un uro y un caballo, puntuaciones y signos complejos. En la pared izquierda hay un antropomorfo grabado en trazo grueso, entre otras figuras de caballos, cérvidos.

La cueva de Chufín se encuentra en el curso medio del río Nansa, en medio de un paisaje de praderías, bosques y pueblos que aún conservan el ambiente placentero de otros tiempos. Cosío, Puente Nansa, Celis, Celucos, Cades, Riclones, Rábago… todas ella son pequeñas localidades, antes eminentemente ganaderas y que actualmente están abiertas a la actividad turística.
Muy cerca de la cueva del Chufín están la Cueva de El Soplao, la Ferrería de Cades, la Torre Medieval de Estrada o el Conjunto de Carmona.

Hornos de la Peña, un auténtico bestiario

En la localidad de San Felices de Buelna se encuentra la cueva de Hornos de la Peña. Esta cavidad es destacada por su entrada en forma de arco que configura un singular paisaje. En el interior de esta cueva se hallan algunos vestigios artísticos que se han catalogado como parietales. Las primeras figuras que nos encontramos durante la visita es un caballo, pocos son los vestigios que se conservan en esta parte de la cueva ya que debido a la insolación y las condiciones climáticas éstos han ido desapareciendo a lo largo de los años. Sin embargo, en el interior de la cueva, se encuentran varios motivos artísticos que conforman uno de los conjuntos de grabados más completos de la región.

Una de las figuras más destacadas de la cueva de Hornos de la Peña es un antropomorfo con un brazo levantado y larga cola. Asimismo, acompaña a esta figura un auténtico bestiario prehistórico conformado por figuras de tamaño grande y concepción naturalista que representan caballos, bisontes, uros, cabras, ciervos e, incluso, lo que podría ser un reno.

Monte Castillo, un viaje hacia el Paleolítico

El Conjunto de cuevas de Monte Castillo constituye uno de los referentes más significativos de la riqueza arqueológica de Cantabria y es, junto a Altamira, uno de los yacimientos prehistóricos más conocidos a nivel mundial, dada su importancia científica y artística.

Además de la Cueva El Castillo, el conjunto arqueológico cuenta con otras tres cavidades de gran valor que también han sido declaradas como Patrimonio de la Humanidad en esta convocatoria. Éstas son las cuevas de Las Monedas, La Pasiega y Las Chimeneas. El Castillo y Las Monedas están abiertas al público, mientras que La Pasiega y Las Chimenas no pueden visitarse. Dichas cavidades ya eran frecuentadas hace 150.000 años.

En torno a la localidad cántabra de Puente Viesgo, se concentran este importante número de cuevas que aportan innumerables vestigios del hombre prehistórico de alto valor histórico y artístico. La cueva del Castillo, descubierta en 1903, ofreció la primera y más clara secuencia de un asentamiento humano desde el Paleolítico hasta la época histórica. En ella se pueden observar sedimentos de distintos periodos prehistóricos y en su interior sus habitantes dejaron huellas de lo que se supone sus manifestaciones místicas y religiosas. La cueva del Castillo alberga pinturas, con un margen de 6.000 años entre las primeras y las últimas figuras. Las representaciones, colorido y técnicas utilizadas son muy variadas. Las más representativas son los signos abstractos de puntuaciones y las manos en positivo y negativo.

El interior de la cavidad contiene uno de los conjuntos más singulares e importantes de la Prehistoria de Europa, un referente para la Historia. Sus más de 275 figuras, todas ellas correspondientes a los albores de la presencia del Homo sapiens en Europa, representan un paseo subterráneo por los orígenes del pensamiento simbólico, la mente abstracta y la expresión artística.

Las paredes de los casi 275 metros que el visitante recorre, y en los cuales se encuentran repartidas la mayor parte de las representaciones, ejemplifican las técnicas, los temas y los recursos gráficos que los artistas del Paleolítico superior (36.000-10.000 a.C.) utilizaron para expresar una parte de su mentalidad.
Caballos, bisontes, ciervas, uros, ciervos, cabras, un mamut, etc, forman el elenco figurativo animal, un bestiario variado que representa una parte de los animales que cohabitaron con el hombre. Las referencias a la figura humana son numerosas pero abreviadas, expresadas mediante la mano, un motivo especial en esta cueva debido a su elevado número, más de 50.

La cueva de la Pasiega, situada a escasa distancia, contiene una importante acumulación de animales pintados y signos, realizados en varias técnicas y estilos.
Las Chimeneas, perteneciente al mismo grupo, contiene pinturas en negro y grabados en arcilla y muchas de ellas representan animales con un estilo muy expresivo.

Las Monedas, la cuarta cueva situada en el monte Castillo, es la más espectacular  por las formaciones geológicas y el colorido natural de sus cascadas estalactíticas. Sus pinturas, realizadas en negro y con pocas indicaciones de volumen, son más monótonas y concentradas que las del resto de las cuevas. Hay representados caballos, renos, cabras, bisontes, ciervos y uno oso incompleto.


El Pendo, uno de los legados más importantes de los artistas del Paleolítico

La Cueva de El Pendo (Escobedo de Camargo) fue descubierta en 1878 (un año antes que Altamira) por Marcelino Sanz de Sautuola y desde entonces hasta nuestros días esta cavidad ha sido fuente constante de información y una joya única para investigadores y estudiosos. Lo más granado de la investigación prehistórica nacional e internacional (Alcalde del Río, Breuil, Obermaier o Carballo, por citar algunos) se ha dado cita en esta cueva, que ha regalado a la comunidad científica internacional datos muy relevantes para el conocimiento de los asentamientos humanos, desde el hombre de Neardenthal (entre 84.000 y 35.000 años atrás), al del Paleolítco (33.000 años atrás) y varios de los más bellos ejemplares del arte mueble de este periodo histórico, entre ellos el célebre bastón perforado.

El Pendo es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la región. Cuenta con una especial formación geológica y registros humanos de hace más de 80.000 años. En 1997 fue descubierto el “friso de las pinturas”, un gran panel de 25 metros de longitud, con 16 representaciones de animales, además de algunos signos, a los que se atribuye una antigüedad de alrededor de 20.000 años atrás.   El conjunto del friso es de gran espectacularidad. Lo componen varias ciervas, una cabra, un caballo y otros dos animales sin identificar. Las pinturas están realizadas con pigmento de óxido de hierro de color rojo.

La Garma, un laberinto del Paleolítico

El monte de La Garma en la localidad de Omoño, en Ribamontán al Monte, guarda en su interior uno de los conjuntos prehistóricos más importantes del Paleolítico. Se trata de uno de los yacimientos más complejos y más curiosos de Cantabria ya que en su interior se han hallado, incluso, varias inhumaciones de la época medieval, así como grabados y pinturas del magdaleniense. Este patrimonio, dada su complejidad y el gran número de yacimientos que se han encontrado, se encuentra en proceso de catalogación y documentación.

Otro de los grandes atractivos de la cueva de La Garma es un río que circula por el interior de la cavidad lo que dota a este enclave de misticismo y tranquilidad. A este sonido del acuífero se le suman otros atractivos figurativos como la representación de un caballo modelado en negro y de gran naturalismo.

La magnitud de esta cueva queda patente en sus tres pisos fósiles y las abundantes formaciones kársticas que se hallan en su interior. La cueva de La Garma se caracteriza por sus corredores y salas de gran tamaño que descienden hasta el río subterráneo.

Covalanas, la cueva con mayor número de representaciones

La cueva de Las Covalanas está localizada a escasos kilómetros de Ramales de la Victoria. En una zona profunda encontramos una galería en la que se localiza el conjunto de representaciones más numeroso de la cueva, con 22 figuras de las cuales 18 son ciervas, animal característico de las cuevas decoradas de Cantabria, un caballo, un reno (animal escasamente representado en la región cántabra), un uro y un animal difícil de identificar. Dispersos por toda la cueva existen trazos negros y en la zona terminal se ven algunos restos de pintura roja indescifrables.

Cueva de Altamira, la tecnología al servicio de la Arqueología

La cueva de Altamira se halla en el término municipal de Santillana del Mar. Actualmente las visitas a la cueva original no se pueden realizar, pero gracias a la tecnología se puede contemplar en toda su magnitud el arte del hombre que habitó aquellos parajes en la réplica situada en el Museo de Altamira. El complejo museístico de Altamira, que comprende la Neocueva, el Museo y el centro de investigación, está considerado como el centro europeo más importante en la divulgación prehistórica. Junto a este Complejo, se halla la cueva de Altamira, cuyo arte aparece disperso en toda su longitud, de más de 300 metros, aunque se pueden distinguir varias zonas en forma de salas, en las que los artistas paleolíticos realizaron sus representaciones pictóricas.

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