Hace unos años Salvador Moncada abandonó la dirección-asesoría del flamante Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), por presiones de la entonces ministra de Sanidad Ana Pastor que quería fiscalizar los gastos personales del científico hondureño, premio Príncipe de Asturias de Investigación y dos veces candidato al Nobel de Medicina. Esa fue la auténtica razón y no otra por la que Moncada tomó la decisión de dejar de venir a Madrid y centrar toda su actividad investigadora en su Instituto de Investigación Biomédica Wolfson, en Londres.
Ahora, otro científico, esta vez español, Bernardo Nadal, sin razones aparentes ni explicaciones de ningún tipo hasta el momento ha abandonado la dirección científica de ese centro adscrito al Instituto de Salud Carlos III y, por tanto, dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo que dirige Elena Salgado. Esta dimisión le ha supuesto perder también su laboratorio en el emblemático Mount Sinai, de Nueva York. El ilustre investigador Valentín Fuster, que dirige el CNIC desde la ciudad de los rascacielos, al igual que hacía Moncada desde Londres, todavía no se ha pronunciado por esta situación, cuando menos, anómala ya que Nadal había sido designado para ese puesto por el profesor Fuster.
Los que conocen este asunto a fondo no quieren remover nada porque, según dicen, huele a podrido. Bernardo Nadal tiene un currículo científico envidiable, pero también ha atravesado por situaciones peculiares a lo largo de su vida, por su forma de trabajar. Hay quien recuerda muy bien una situación parecida ocurrida hace poco más de veinte años, donde otro investigador-clínico también perdió su laboratorio en Mount Sinai…. ¿Va a aclarar la ministra Salgado o, en su defecto, el subsecretario Puig de la Bellacasa por qué ha dimitido este científico que habían contratado o, por el contrario, se va a intentar echar tierra como si nada hubiera pasado?
Si (
No(
