El gafe de Pepe o la herencia envenenada

Igual que se hablaba de la antigua "baraka" de Zapatero que le protegía en los primeros momentos de su mandato, hay que reconocer que el presidente de la Junta es algo gafe. Uno no sabe ya si es que Pepe Griñán tiene mala suerte o que los hados del destino juegan en su contra. Desde que llegó a la Presidencia de la Junta de Andalucía, va a hacer ahora dos años, todo ha ido de mal en peor. Solo hay que echar un vistazo a las hemerotecas. Primero el partido no le quería y tuvo que lidiar a brazo partido con Manolo Chaves y con toda la "vieja guardia" para hacerse con las riendas del PSOE andaluz, después se vio obligado a remodelar su primer Gobierno en menos de un año porque había varios consejeros que no paraban de hacerle la cama; hace algo más de un año firmó el VII Acuerdo de Concertación Social (un acuerdo que pese a las grandes expectativas levantadas y a las alharacas de la Junta ha quedado en simple papel mojado) con empresarios y sindicatos esperanzado en que entre todos podrían reconducir la complicada situación económica por la que atraviesa Andalucía y, pese a las expectativas halagüeñas de algunos economistas cercanos, sobre el fin de la crisis, las cosas han ido de mal en peor y el paro en Andalucía se ha disparado por encima del millón de desempleados sin visos de mejorar a corto o medio plazo; ha conseguido que buena parte del funcionariado andaluz, que hasta ahora era una balsa de aceite, se levante en pie de guerra ante el "decretazo del enchufismo" que pretende colocar de por vida a veinticinco mil empleados de la cuerda antes de que el PSOE pierda el poder; y, casi sin darse cuenta y sin que ningún avispado de su partido le advirtiera con tiempo para preparar una mínima estrategia, le explota en las manos la corrupción más grande jamás contada, ya saben, el asunto de los EREs fraudulentos que podría hasta costarle el puesto a él y a algunos de sus consejeros. Demasié pal body, que diría un castizo. Para colmo, las ultimas treinta encuestas hechas tanto por la Junta como por los medios de comunicación andaluces, no sólo le dan como perdedor en las elecciones autonómicas del 2012, sino que señalan que, por primera vez en la historia, el PP lograría mayoría absoluta en el feudo por antonomasia del PSOE. Un fracaso que, de producirse, tendría que añadir a su hasta ahora excelente curriculum. Es que ha sido una tras otra, tropiezo tras tropiezo, escándalo tras escándalo sin darle respiro en estos dos años al pobre de Pepe que lo que quería era un mandato tranquilo y retirarse después a Córdoba para disfrutar con sus óperas. Para colmo hasta el Tribunal Constitucional le echa para atrás una parte del Estatuto de Autonomía referida a las competancias sobre el Guadalquivir, curiosamente gracias al recurso que puso en su momento un compañero del partido, el presidente de la Junta de Extremadura. Lo dicho, visto lo visto, Pepe Griñán pone un circo y le crecen los enanos. Lo más curioso de esta maléfica y desgraciada situación es que casi todos los grandes reveses que Griñán ha venido sufriendo en estos dos años han sido consecuencia y vienen producidos por la "herencia" que le dejó Manuel Chaves, lo que plantea una pregunta que seguramente se estará haciando el presidente de la Junta en sus escasos momentos de relax ¿sabía algo su predecesor de lo que se le venía encima y le pidió a Zapatero que lo quitase de enmedio y se lo llevase a Madrid antes de que estallara la tormenta?¿fue el nombramiento de Griñán un caramelo envenenado que le ofreció el duo Chaves-Zarrías para acabar un ciclo en la política andaluza sin quemarse ellos mismos? ¿era todo una comedia ensayada, una complicada estrategia del partido para salvaguardar del fracaso electoral a los "popes" intocables del PSOE andaluz y colocarle a él como cabeza de turco para que se estrellase solo o en compañía de sus "griñaninis? Hombre, tal y como se están sucediendo los acontecimientos y las filtraciones sobre el escándalo de los EREs a nadie podria extrañarle. Sé positivamente que Pepe Griñán  es un hombre fiel a sus principios y que nunca dudará de "compañeros" y hasta hace poco amigos como Manolo Chaves, pero yo que él tendría la mosca detrás de la oreja y me cuidaría muy mucho de seguir confiando ciegamente en las directrices que le da Ferraz, via Gaspar. Es preferible que, si hay que estrellarse, sea uno mismo quien conduzca el vehículo y no el enemigo íntimo. Al menos así, los daños pueden ser algo más leves.