Un hombre ha sido condenado a cuatro años de prisión por intentar quemar a su mujer y a su hija. Luis R.M. ha sido considerado como autor de un delito de incendio en grado de tentativa y de dos faltas de amenazas, según una sentencia de la Sección 27 de la Audiencia. La Sala le impone también la prohibición de acercarse a su mujer y a su hija a una distancia inferior a 500 metros durante los próximos cinco años.
La resolución relata que Luis R.M., de 54 años, tenía "desde hace años" discusiones con su esposa (con la que tenía cinco hijos) por diversas cuestiones, especialmente de tipo económico. El matrimonio se profería insultos y vejaciones mutuamente durante las peleas que protagonizaban, y que se incrementaron con la venta de un local de su propiedad. Así, el hombre acudió el 26 de mayo a las 20.30 horas a su domicilio y reprochó a su esposa el haberse quedado con el dinero del local y, a raiz de ello, comenzó una fuerte discusión entre la pareja, en la que Luis amenazó a su mujer con cortarle el cuello.
Según la sentencia, el procesado se dirigió el 2 de agosto al piso con una garrafa que contenía líquido combustible y allí encontró a su mujer y a una de sus hijas. Luis empezó a rociar la puerta de la vivienda con el líquido y, tras advertirlo, su higa, Ana María, le avisó de que iba a llamar a la policía. A continuación, prendió fuego a la puerta y su mujer llamó a los bomberos.
En el juicio, el condenado aseguró que el día de los hechos se encontraba en su casa de Arroyomolinos y manifestó que su esposa y sus hijos le habían "maltratado" e, incluso, le habían echado varias veces de casa. "Soy inocente de lo que se me acusa. Yo no he prendido fuego a nada. Jamás de los jamases he amenazado o pegado a mi mujer. Soy nervioso, pero no agresivo. Alguna vez la he podido llamar tonta o imbécil, pero de broma", declaró Luis R.M..
Por otro lado, el tribunal justifica la absolución del hombre del delito de violencia, al tener en cuenta que la esposa "no concretó nada respecto a los años de convivencia" ni tampoco detalló "ningún acto o incidente concreto" que pudiera evidenciar que era víctima de los malos tratos de su esposo.