En la Línea
Por Félix Fuentes
EN LA HOGUERA DE OAXACA QUE LA SCJN SEA IMPARCIAL
Junio 24-07 Resurge el conflicto de Oaxaca con marchas y un nuevo plantón de la Sección 22 del magisterio en el zócalo de la capital, apoyada por la APPO, pero en un lavado de manos al alimón, la Secretaría de Gobernación y el gobernador de la entidad, Ulises Ruiz, afirman que ese problema está terminado.
En aquella entidad jamás se acabarán los problemas debido a la pobreza ancestral, el atraso educativo, la inseguridad y los choques rabiosos entre presuntos educadores de la niñez oaxaqueña.
Sin embargo, el huésped de Bucareli, Francisco Ramírez Acuña, manifestó el martes pasado: “Gobernación ha concluido la negociación con los maestros” y hoy le corresponde al gobernador de Oaxaca dar respuesta a sus demandas. Si esto fuera verdad, los mentores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación no irían constantemente a la vieja casona de Covián a descargar su coraje y derribar mallas metálicas, arrastrándola por la vía pública.
A su vez, el inútil gobernador, Ulises Ruiz, se mofa de los profesores y en uno más de sus desplantes vociferó que el conflicto planteado por la Sección 22 y la APPO quedó finiquitado porque él cumplió con las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la que por cierto ignoró a los 26 muertos registrados durante los choques con la PFP y disidentes, el año pasado.
Pese a sus dichos, Ulises Ruiz tiene negra la conciencia y por ello intentó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se abstuviera de crear una comisión investigadora para averiguar las violaciones a garantías individuales, sucedidas entre mayo del 2006 y enero de este año. La Corte ignoró al gobernador pero también debe investigar los desmanes cometidos por autoridades federales y no pretender la justicia de un solo lado.
El drama oaxaqueño se alargará porque el gobernador Ruiz abrió frentes irreconciliables y sus múltiples adversarios insisten en que renuncie. Lo vituperan profesores y un número indefinido de organizaciones integradas a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, quienes exigen la liberación de ocho de sus miembros, metidos en un presidio de alta seguridad.
En realidad se trata de una docena de “APPOS”, surgidas por variadas y graves carencias de comunidades, despreciadas por un mandatario arrogante y aires de sátrapa.
El desdén a Oaxaca expresado por el titular de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, y la necedad del PRI en sostener al déspota gobernador, contribuyen a intensificar el fuego de una caldera que hace un año estalló y en estos días es reconstruida para un incendio mayor.
La gente descontenta se relaciona con el narcotráfico y obtiene armas de todos calibres, hoy que México es frontera abierta a toda clase de arsenales, en particular granadas de fragmentación, localizadas por centenares.
Los militares destacados en Oaxaca se obligan a todo genero de precauciones, a causa del intenso desempeño del narcotráfico y las acciones de disidentes decididos a acabar con Ulises Ruiz.
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