La final de la Copa del Rey altera los nervios a más de uno, pero esta no es razón para excusar la exaltación incontrolada de ciertos aficionados, de ambos equipos, que se hicieron notar con violencia durante las horas previas al partido.
En concreto, agentes de la Policía Nacional de Valencia tuvieron que intervenir en un altercado en el que varios aficionados 'blancos' lanzaban botellas de vidrio al aire sin conciencia del daño que podrían haber llegado a causar. Afortunadamente no hay que lamentar heridos, pero sí el hecho de que el deporte se utilice en ocasiones de parapeto para olvidar unas mínimas lecciones de civismo.
Por otro lado, después del partido también se tuvieron que lamentar incidentes aislados por parte del 'mal perder' de algún aficionado culé. En la mítica fuente de Canaletas en Barcelona, la Guardia Urbana tuvo que detener a un hombre que se dedicó a destrozar el mobiliario urbano como expresión de rabia futbolera.
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