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Elecciones con lectura nacional

viernes 06 de mayo de 2011, 09:00h
Llega el momento. Para los investigadores demoscópicos está sentenciado que las ya inmediatas urnas municipales y autonómicas no sólo serán negativas para el PSOE, sino que anticiparán la tendencia dominante para las sucesivas elecciones generales. Y es que incluso en los feudos más tradicionales del socialismo, como Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha, la fatal convergencia de los escándalos de corrupción con la mala valoración de la gestión realizada anticipa, según los investigadores del CIS, resultados adversos que, inevitablemente, de producirse así en las urnas, obligarán al PSOE a un replanteamiento general de la estrategia para las elecciones generales. A estas alturas ya está asumido por todos que Rodríguez Zapatero se ha convertido en el principal pasivo electoral del PSOE y que sólo después de formalizarse el cambio de líder podrán los estrategas electorales socialistas diseñar una estrategia de recuperación del voto perdido por el inverosímil personaje que todavía permanece en La Moncloa, hay que suponer que ya no por mucho tiempo. En Ferraz se dice que incluso el en su día ideador del “fenómeno ZP”, esto es, el gallego Pepe Blanco, acepta que el supuesto fenómeno está irreversiblemente agotado y que el partido, cara a las generales, tiene que alejar lo más posible su imagen de quien ha sido su líder durante estos últimos años. Cierto que la fuerte personalidad de Alfredo Pérez Rubalcaba ayudará a esa operación y que, por tanto, el PP no debe dar anticipadamente por ganadas las sucesivas elecciones generales, y deberá aplicar todos sus esfuerzos, después de las ya inmediatas elecciones municipales y autonómicas, a demostrar a los electores que ZP, por sí sólo, no hubiera sido capaz de un desastre tan absoluto y que por tanto, el PSOE no puede lavarse las manos de lo sucedido ni atribuirlo solamente a un liderazgo equivocado. El PP necesitará ofrecer a la opinión pública una verdadera alternativa, capaz de movilizar el voto, y es cierto que a diseñar todos los detalles de esa alternativa está ahora totalmente aplicado el líder popular, Mariano Rajoy. Es verdad que los investigadores demoscópicos, incluso los tradicionalmente afines al PSOE, dan por sentenciado el horizonte de cambio político, pero el PP deberá ser capaz de concretar y maximizar esa extraordinaria oportunidad, y ello requiere el ofrecimiento, a la desencantada y asustada sociedad española, de una alternativa creíble, seria y rigurosa, especialmente en todo lo relativo a la lucha contra la crisis económica extraordinariamente grave, profunda y extensa que deja en herencia el inverosímil Rodríguez Zapatero. El empresariado español, no sólo los grandes empresarios, sino también la extensa y esencial red de pequeños y medianos empresarios, se encuentra al borde del pánico, y para los trabajadores, las perspectivas en materia de empleo son peor que ominosas. Gane quien gane, no va ser fácil ni rápido superar la terrible herencia que deja el desastre Rodríguez Zapatero, sin duda ninguna el peor y menos fiable político desde el inicio de la actual etapa democrática de nuestro país. Llegados a este punto conviene insistir que el desastre es personalmente Rodríguez Zapatero y que seria injusto identificar al PSOE, un gran partido necesario en esta hora de España, con este personaje lamentable. Gane quien gane las elecciones generales y una vez liquidada la penosa etapa de ZP, volverán a ser necesarios los diálogos y los acuerdos transversales que hicieron posible el extraordinario éxito de la transición. Tras esta lamentable etapa de conmigo o contra mi y una vez salga de La Moncloa su triste protagonista Rodriguez Zapatero, el lider popular Mariano Rajoy debera tener la generosidad de la mano tendida al adversario para, como en los mejores tiempos de Adolfo Suarez, conseguir esfuerzos transversales movilizadores del conjunto de la sociedad española, izquierdas y derechas, porque de todos es el problema, todos deberemos contribuir a vencerlo y para todos seran los resultados que se obtengan. Es un hecho cierto que Espana puede y por tanto debe vencer la crisis, pero es tambien un hecho cierto que solo se podra conseguir con el esfuerzo concertado de todos. Conviene, pues, avanzar todavía un paso mas en el análisis  de esta terrible situación. Una vez que ya no este en La Moncloa el culpable directo del desastre, esto es, Rodriguez Zapatero, podemos esperar el retorno a los grandes acuerdos transversales, izquierdas y derechas, y desde luego con la imprescindible colaboración de los partidos nacionalistas, vitales en la compleja realidad de la Espana de hoy. En aras del interés general, ello sera responsabilidad de todos y se puede tener la razonable certidumbre de que no faltaran a esa responsabilidad ni el popular Mariano Rajoy ni el socialista Pérez Rubalcaba. Así que el problema de esta hora de nuestro país  no es el PP ni el PSOE, sino el personaje inverosímil que aun se encuentra en La Moncloa, parece que afortunadamente por no demasiado tiempo. Con otro liderazgo en el PSOE volverán a ser posibles los grandes acuerdos transversales para que todos, izquierdas y derechas, vuelvan a remar juntos como en los buenos tiempos de la transición. Pocas veces un solo político habrá hecho tanto daño a tantos, a todo un país. Lo importante es que esta lamentable etapa termine y podamos volver todos a los consensos ejemplares de la transición y a trabajar todos juntos por el interés general de España, esto es, de los españoles, porque, como gustaba de recordar el socialista Felipe González, España no puede ser otra cosa que el conjunto de los españoles. Y al otro lado del espectro político, en el PP, hay ambiente visible de expectativas de victoria, que muy probablemente serán ciertas, pero que la prudencia politica aconseja tomar con las debidas cautelas. Sin la menor duda, el PP puede, pero sobre todo debe y necesita, ganar estas elecciones municipales y autonómicas, porque con ello se situará en inequívoca posición de ventaja para las elecciones generales. Aparte de los resultados en el ambito del Estado, se acepta en las sedes centrales del PP y del PSOE la gran importancia que, en esta ocasión, tiene lo que suceda en algunas Comunidades emblemáticas, como Madrid, Catalunya, Euskadi, Galicia y Canarias. De lo que en estas Comunidades suceda se sacarán las lecturas para las próximas elecciones generales. Y seria bueno para el conjunto de Espana que las fuerzas políticas nacionalistas de Catalunya, Euskadi, Galicia y Canarias salieran reforzadas, porque una derecha moderna, como la que el PP debe encarnar y protagonizar, ha de tener en esas fuerzas políticas nacionalistas moderadas sus aliados naturales.   >> Pinche sobre la imagen para entrar en nuestro especial:
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