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Grandes rutas y paisajes

Por los infinitos caminos de Cantabria (XIII)

viernes 06 de mayo de 2011, 17:51h

Hay numerosos platos que hacen de Cantabria una comunidad rica en gastronomía. Aunque pueden destacarse sus carnes y sus pescados, además de sus deliciosos postres, es sin duda su plato más sobresaliente el cocido montañés. No en vano el Aula de Patrimonio Cultural de la Universidad de Cantabria ha impulsado la declaración del cocido montañés como Bien de Interés Cultural, ya que es la receta gastronómica que identifica a toda la comunidad autónoma de Cantabria.

El cocido montañés es un riquísimo y contundente plato que está elaborado a base de alubia blanca y berza, como ingredientes básicos. El guiso se acompaña también del denominado compango, formado a base de productos de la matanza del cerdo como son chorizo, morcilla, costilla y tocino. Un delicioso plato que no se puede dejar de degustar a todo el que visite Cantabria. Actualmente este guiso está muy extendido y puede comerse en cualquier lugar de la región aunque, sin duda, la zona más emblemática para probar semejante manjar es la zona del Saja, un valle en el que todavía están muy arraigadas las tradiciones, y que se dedica, principalmente, a la actividad agrícola y ganadera. Aunque también hay que resaltar el turismo rural que atrae a numerosas personas que quieren dejar atrás la vida urbana para refugiarse en este remanso de paz. Destaca también por ser un área de una enorme riqueza forestal, con un importante arbolado y una gran densidad de bosque, con un alto número de especies autóctonas. También hay que sumar su patrimonio arquitectónico, en el que torres, palacios y casonas se diseminan por todo el territorio, junto a una arquitectura popular de notable valor. Nuestra ruta comienza en Cabezón de la Sal, municipio situado en la comarca del Saja, a 45 kilómetros de Santander y un excelente punto de partida para visitar toda la zona y cómo no, para degustar el  cocido montañés. Esta villa presenta muchas alternativas al visitante y destaca porque conserva calles y casas típicas e hidalgas. Ejemplos los encontramos en diferentes rincones, pero quizá el edificio más representativo de Cabezón de la Sal sea el Palacio de los Bodega, de finales del siglo XVIII, que fue levantado por el linaje de los Ceballos. Un recorrido por la parte vieja de la villa permite observar distintas casas blasonadas y palacetes de influencia francesa e inglesa de finales del siglo XIX, como la Casa de Los Arcos o la del Conde de San Diego. En cuanto a la arquitectura religiosa, hay que destacar la iglesia parroquial de San Martín, de estilo barroco montañés y la ermita de San Roque, un ejemplo de arquitectura popular del siglo XVIII. Cerca de Cabezón de la Sal y vía de entrada al valle de Cabuérgina se encuentra Ruente, caracterizada por su excelente gastronomía y por sus recursos naturales como el Monte Aa o el Monte Río Los Vados por los que el paseo es una cita obligada. Hay que destacar en esta zona un puente de escasa altura que cruza La Fuentona, una surgencia natural de carácter intermitente que sale de una cueva a escasos metros. Este riachuelo acaba desembocando en el Saja. El ayuntamiento ha acondicionado la zona con un merendero y que hace de este lugar uno de los más bellos de Ruente. En el mismo municipio de Ruente se encuentra Ucieda, que es muy conocido por celebrar la famosa “Fiesta del Cocido”, que reúne a miles de asistentes para degustar este conocido plato montañes. También se puede aprovechar la visita para conocer algunas casonas con grandes solanas y escudos. En este pueblo nacieron los Gutiérrez Cueto, ascendientes de los pintores María Blanchard y Antonio Quirós. El municipio de Cabuérniga también acoge otro pueblo que es muy representativo por conservar sus costumbres, tradiciones y ese sabor rural que todavía tienen estas zonas cántabras. Se trata de Valle, un lugar de gran belleza que permite además de degustar su exquisito cocido, conocer sus entramadas calles. En el municipio de Los Tojos se encuentra un pequeño pueblo de nombre El Tojo, un lugar muy afamado por ofrecer un riquísimo guiso cántabro. También enclavado en el municipio de Los Tojos, se encuentra uno de los pueblos con mayor tradición y sabor del cocido montañés. Se trata de Bárcena Mayor, declarado Conjunto Histórico-Artístico, y fue posiblemente enclave visigodo y foramontano, por lo que es uno de los pueblos más viejos de Cantabria. Pueblo de ganaderos y pastores, conserva intactas grandes solanas que atraen a numerosos turistas durante todo el año. Vea también: Infinitos caminos I / II / III / IV / V / VI / VII / VIII / IX / X / XI / XII
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