En la lista de Gallardón, todos son alcaldes(as)

No puede prometer, o por lo menos, no lo promete: Gallardón se niega a afirmar con rotundidad y alevosía que permanecerá cuatro años como alcalde en el Ayuntamiento de Madrid si revalida el cargo el 22 de mayo. ¿Será Ana Botella la alcaldesa? ¿Por qué será que Gallardón tira balones fuera y no jura -como en Santa Gadea- que se quedará como alcalde, incluso si Rajoy gana las elecciones? Con lo fácil que sería desmentir un bulo, si es que tal bulo fuera. Cada día crece más la idea de que Alberto Ruiz-Gallardón se cree llamado a los más altos destinos en lo universal, y que si Mariano Rajoy llega al Palacio de La Moncloa, Ruiz-Gallardón será, primero, diputado, y luego, de ministro para arriba, sin despreciar el cargo de 'presidente bis'. Si eso ocurre, Madrid pierde un alcalde, pero gana una alcaldesa: Ana María Botella Serrano, madrileña, 57 años, casada con José María Aznar López, tres hijos. Ése, justamente, es el quid de la cuestión. Es lo que los populares llaman algo así como 'bulo sociata', pero si tal bulo fuera, ¡sería tan fácil desmentirlo! Basta con que Ruiz-Gallardón, en una sólo de las preguntas que se le formulan al respeto, diga: "Puedo prometer y prometo que permaneceré como alcalde de Madrid los próximos cuatro años, que no dejaré el sillón del Consistorio para irme a más altas Cruzadas con nuestro líder nacional". Pues no. En vez de eso, Ruiz-Gallardón, en un desayuno en Nueva Economía Fórum, en Madrid, en el que ha sido presentado precisamente por Rajoy, no ha prometido nada al respecto y ha tirado balones fuera. Pero vayamos por partes. Por un lado, ha dicho, es cierto, que él no tiene ninguna conversación pendiente con Rajoy: que esa tal conversación ya la tuvo, y que Rajoy le dijo: "Alberto, te necesito al frente de Madrid" (otras fuentes más próximas a la Puerta del Sol dicen que la conversación fue así: "Albertito, te necesito al frente de Madrid", pero nosotros nos creemos más la primera versión). En cualquiera de los casos, eso querría significar que Rajoy no cuenta con Ruiz-Gallardón como su 'número dos' en las listas del PP por Madrid a las elecciones generales, sean en octubre -como pide, quiere y desea el PP-, sean en marzo de 2012 -como quiere Felipe González, porque aún no sabemos lo que va a querer Zapatero después del 22-M-. Pero eso no quiere decir que Rajoy no le diga dentro de unos meses, o de un año -depende de cuando sean las elecciones-: "Alberto, te necesito en España". Por otro lado, tampoco Ruiz-Gallardón no quiere desmentir categóricamente que Ana Botella tenga posibilidad de sucederle en el sillón de mando; vamos, de coger el testigo -en este caso, la famosa vara de primera edilesa- en una carrera de relevos en esa sede de Cibeles que ya nos ha costado un riñón y parte del otro a los madrileños. Ante tal 'insidia', Ruiz-Gallardón dice: "Por supuesto, Ana Botella sería una magnífica ministra, presidenta de Comunidad Autónoma -¡toma ya, Esperanza!- y alcaldesa de Madrid". ¡Jesús con esta mujer, si es como Santa Teresa!