San Isidro. Puerta Grande para un César Jiménez que se reencuentra

Toros de PEÑAJARA, desiguales de presentación -con 2º y 3º justos de trapío y 6º grandón-, excepto 1º, el resto cumplidores en el caballo con 2º bravo. Excepto ese 2º, con casta, resto descastados, peligrosos y justos de fuerza. 5º, sobrero, de CARMEN SEGOVIA, manso y con genio aunque noble. EUGENIO DE MORA: silencio; silencio. CÉSAR JIMÉNEZ: oreja; oreja. Salió a hombros. JAVIER CORTÉS: silencio; silencio. Plaza de Las Ventas, 31 de mayo. 22ª de feria. Lleno. ======================================================================== Que la inspiración te coja trabajando. Decía el genio de Picasso, al que casi siempre le llegó así. En la tauromaquia, no basta con la diosa Fortuna, es menester también enfrentarse a un toro bravo y que te salga en Madrid, a ser posible en San Isidro. Aunque si el coletudo no está preparado, puede ser el final o un obstáculo serio en su carrera. Y este martes apareció por chiqueros 'Rodalito', único bravo del encierro de Peñajara. Y este martes César Jiménez se reencontró y demostró estar sobradamente preparado. Ya lo recibió con suaves verónica ganando terreno, para después iniciar de hinojos la faena con redondos mandones y templados, que continuó igual de pie. La pañosa a rastras y con trayectoria de arriba a abajo; o sea, el toreo de verdad sazonado con clasicismo no exento de un punto artístico, que aumentó en los inspirados florilegios de los pases de la firma, del desprecio, trincherillas y doblones. Después enterró la espada hasta los gavilanes y echó en su esportón un trofeo de verdad de verdad de la buena; de mucho peso. Con una hoja de la soñada Puerta de par en par, César salió a revientacalderas ante el sobrero quinto, un bicorne mansote pero exigente al que tuvo la inteligencia de cambiarlo de terreno nada más comenzar, obligándole a ir al tercio y sacándolo de las tablas. Polémica salida a hombros Y allí repitió faena, similar de elegancia, aunque de más bajo tenor artístico, porque el burel no lo permitía, pero de semejante firmeza y conocimientos, y con algún desajuste en la forma de citar. No obstante, tras otro espadazo, la oreja era justa por justeza y por justicia. Sobre todo comparándola con algunas que se han regalado a figuras como El Juli y Castella -no tan protestadas como ésta por el sanedrín sabio del tendido 7-.. Otro asunto colateral es que con ella se abriera la Puerta Grande, por donde llevaron en volandas al de Fuenlabrada a la conclusión del festejo, pero el reglamento así lo establece. Desde ese tendido crítico, cuya filosofía suscribo, aunque ahora no esté de acuerdo, se siguió condenando la salida a hombros y desde ese lugar salieron voces de respuesta de "ignorantes, ignorantes" a los que le vociferaban para que se callasen. En fin, que hubo polémica y entretenimiento. El que faltó con el resto del encierro de Peñajara, pues el lote de Eugenio de Mora desarrolló peligro y el toledano, también escaso de recursos y entrega, se los quitó de en medio. Como sucedió a un Javier Cortés, más peleón para nada con el casi inválido tercero, que pronto se desfondó, y con el zamacuco sexto, que estuvo a punto de cogerle varias veces debido al arrimón de segador sin cosecha del madrileño.  Otras informaciones y crónicas Variado toreo de capote y poco más en la última novillada Ortega Cano se debate entre la vida y la muerte Los  samulos se cargan la tarde, con ayuda de Ferrera y Padilla Cayetano, un gran modelo... de pésimo torero Lea todas las crónicas de San Isidro