www.diariocritico.com
Indignados

Indignados

viernes 10 de junio de 2011, 10:31h
Tener paciencia y mantenerse atentos a lo que pasa. Ese parece ser el lema de los partidos políticos mayoritarios  (PSOE, PP e Izquierda Unida) ante el movimiento de los “indignados”. Las acampadas les han cogido de sorpresa a los políticos profesionales, y temen tanto el entusiasmo  (porque esa complicidad podría ser sospechosa para los “indignados”), como el rechazo (que podría ser, además de inoportuno, injusto).      Lo cierto es que miles de personas descontentas han salido a la calle con sus ”jaimas” y su rebeldía, mientras la sociedad contempla cómo han acertado canalizando el cabreo y pregonando en silencio que otro mundo mejor es posible, y puede estar al alcance de la mano.       Los “indignados” no se presentan a las elecciones ni tienen jerarquías en su descontento sino que, sencillamente, han puesto sobre la mesa sus conclusiones sobre la corrupción política y financiera, y le han dado al sistema un puntapié en la espinilla, que es donde más le duele.      A juzgar por los resultados del barómetro del CIS, del Centro de Investigaciones Sociológicas, hechos públicos ayer, los españoles de la protesta no van descaminados.  El paro, la crisis económica y la clase política son los asuntos que más preocupan a los ciudadanos de este apaleado país, y dos de cada tres encuestados auguran que, dentro de un año, aún estarán las cosas peor, lo cual no es para echar las campanas al vuelo.      Los “indignados” denuncian, en sus odas elementales, evidencias como la inutilidad del Senado, la esclavitud de los contratos-basura, el desprecio a la buena formación profesional o los abusos de los intermediarios en el trayecto que recorren ciertos bienes entre el productor y el consumidor. Son hechos tan incuestionables, tan rotundos, tan meridianos, que cualquier observador imparcial comenta: “Tienen razón” o “Ya lo decía yo”. Que tienen mucha razón es cierto, pero hasta ahora apenas había quien lo dijese, quien pusiese el dedo en la llaga y la pancarta en la protesta.      No se sabe en qué van a terminar estas protestas, también llamado “movimiento 15-M”, si es que terminan. Pero, de momento, han alcanzado su primer objetivo: han puesto nerviosa a la clase política, tan feliz en sus poltronas, y han abierto las ventanas de una sociedad resignada y de malos humos. Y aunque algunos los llamen “moscas cojoneras”, la verdad es que vientos del pueblo los traen, y han acampado, sin palo y sin piedra, a la intemperie., en la plaza de la sinceridad.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios