Andalucía, en estado crítico

Pepe Griñán y sus asesores no lo han dudado. En estos momentos en los que el estado de la Comunidad andaluza es ciertamente crítico, han optado por celebrar el debate anual en las mismas fechas que el del estado de la Nación. Así su último año de gobierno, por muchas críticas que le hagan PP e IULV-CA, por más enfasis que pongan en sus discursos Javier Arenas y Diego Valderas, pasará casi desapercibido en las tertulias y los cenáculos madrileños donde todos los popes de las tertulias hablarán de Zapatero, de Rubalcaba, de Rajoy y del desastre nacional en el que estamos sumidos. Es la táctica que suelen emplear los dirigentes socialistas andaluces para tratar de ocultar sus carencias, su agotamiento y su falta de liderazgo político. Por mucho que se hable en el Antiguo Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla del millón y pico de parados que hay en Andalucía, por más que se vuelva a debatir en el Pleno de la Cámara autonómica el turbio asunto de los EREs fraudulentos o las carencias que sufrimos, los ecos de este debate sobre el estado de la Comunidad andaluza quedarán apagados por los gritos de la oposición en la madrileña Carrera de San Jerónimo el día de San Pedro y San Pablo, y Griñán salvará la cara ante la opinión pública a la que le importa mucho más la deriva equivocada que está tomando el Gobierno central, que las pamplinas demagógicas y las dádivas y regalos, como los cuatrocientos euros para becas a los jóvenes parados que quieran volver a estudiar, que vuelva a ofrecer a sus súbditos el presidente de la Junta de Andalucía para justificar su absoluta inoperancia y su falta de proyecto. Y esta falta de proyecto serio para sacar a Andalucía del estado crítico en que se encuentra será la tónica habitual en el debate que hoy y meñana tendrá ocupados a sus señorías y que a los andaluces parece traérsela al fresco porque saben (sabemos) positivamente que el jueves todo seguirá igual de mal o peor aún si cabe. Si como muestra vale un botón, cabe destacar que la propuesta más "interesante" que hará Griñán en su discurso es la del llamado "escaño 110". Que ¿qué es eso del "escaño 110"? Les explico. Se trata de una especie de Guiño a los del 15-M como ha hecho Zapatero. Como bien saben ustedes la Camara andaluza tiene 109 escaños y Pepe Griñán (o sus avispados asesores) ha tenido la genial ocurrencia de crear un escaño más saltándose el Estetuto a la torera para que la ciudadanía pueda intervenir ante la Cámara con el portavoz de una iniciativa legislativa popular. ¡Manda huevos! que diría un ex presidente de las Cortes. Pero es que parece que a todos les ha entrado ahora las prisas por dotar de contendio a un Parlamento que lleva muerto y casi enterrado treinta años, porque también el líder de la oposición, Javier Arenas, acaba de pedir más participación ciudadana para potenciar al Parlamento andaluz y abrirlo a la calle. Una propuesta que ha sido silenciada por Canal Sur mientras la socialista del particular "escaño 110" ha contado con todo el apoyo de la parafernalia propagandística de la televisión del régimen. Una cosa es cierta. La Cámara andaluza vive lejos de la calle, en otro mundo irreal, sus plenos apenas levantan interés en la ciudadanía que observan el teatro de la Cámara como si se tratara de una representación operística, de las que tanto le gustan a Pepe Griñán, que poco o nada tiene que ver con sus graves problemas diarios y mucho menos con las soluciones a los mismos. El poder legislativo en esta comunidad ha quedado ahogado demasiado tiempo por el Ejecutivo que ha hecho y deshecho a su antojo durante más de treinta años y debería recuperar su puesto para lograr la necesaria credibilidad entre los ciudadanos. Para eso solo basta con que nuestros representantes pisen más la calle y lleven a la Cámara los problemas que nos afectan a la mayoría de los ciudadanos. No hace falta, por lo tanto crear un escaño 110 si se le va a hacer el mismo caso que a los cincuenta de la oposición. Más nos valdría a todos que unos y otros se dejaran de memeces y se dedicaran a buscar soluciones para que este enfermo terminal que se llama Andalucía salga cuanto antes de la UVI antes que su agonía sea irreversible. Una agonía que ya viven en sus carnes, para sobrevivir día a día, más de un millón de parados. Ellos deberían ser los primeros en tener voz en el Parlamento andaluz y ocupar ese fantasmagórico y ridículo "escaño 110" que con tanto interés propone Griñán.